sábado, 16 de febrero de 2008

MONSEÑOR ROMERO


Estimados :
Ayer, en silencio y soledad, a través de un DVD, conocí algo más de la vida y obra Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdamez (1917-1980).

"Nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, una pequeña ciudad montañosa en El Salvador cerca de la frontera con Honduras.

Creció en condiciones modestas y se incorporó en el seminario de San Miguel cuando tenía 13 años.

En 1937 empezó a estudiar teología en el seminario de San Salvador y terminó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma. En 1943, Oscar Romero inició su labor pastoral en El Salvador. Después de haber trabajado como sacerdote, como director de revistas eclesiásticas y como secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos, en 1970 fue nombrado obispo auxiliar y en 1974 obispo titular de la diócesis de Santiago de María.

En 1977, cuando Mons. Romero fue nombrado arzobispo de San Salvador, la situación política de El Salvador estaba marcada por la fuerte represión por parte del ejército y la oligarquía ultraconservadora en contra de trabajadores, campesinos y parte del clero.

Oscar Romero era considerado como un hombre conservador y debió garantizar, como representante de la Iglesia, un acuerdo con el gobierno. Sin embargo, la brutalidad de los militares y la pobreza de los campesinos hicieron que la actitud del arzobispo cambiara. Las experiencias cruciales que marcaron su cambio fueron, primero, la masacre de manifestantes, el 28 de febrero de 1977, que protestaban en la Plaza de la Libertad contra el fraude en las elecciones presidenciales, cometido por los militares y paramilitares y, segundo, el asesinato del jesuíta Rutilio Grande y de dos de sus compañeros, el 12 de marzo de 1977.

Su lucha radical por los pobres, los desposeídos, los sin techos y su arrojo por la justicia lo convirtieron en una voz importante. Sus discursos y sermones, en los cuales atacó públicamente los crímenes de los militares, del gobierno y de la oligarquía, fueron transmitidos en numerosos países de América Latina. Cuando le otorgaron en 1980 el título doctor honoris causa de la Universidad de Leuven (Bélgica) a Oscar Romero, él dijo en su alocación:

"Hay muchos personas y cristianos que están dispuestos a perder su vida para que los pobres puedan vivir. En esto siguen a la vida de Cristo y hacen ver su religión. Están integrados en el mundo como él, están perseguidos y amenazados como él, pierden su vida como él, y así dan testimonio de la palabra de la vida."

El domingo 23 de marzo de 1980 marcó el inicio de la Semana Santa en El Salvador y como siempre, la catedral de San Salvador rebalsaba de feligreses que fielmente esperaban oir la misa y homilía de Monseñor Romero. Ese mismo domingo, el sermón fue difundido a través de la emisora de la Arquidiócesis Salvadoreña, YSAX. Durante su sermón, él invitó al pueblo a unirse a la lucha en contra de la Fuerzas Armadas y del gobierno corrupto de una junta militar establecida luego de un golpe de estado. Finalmente, Monseñor Romero dirigió su mensaje a los soldados del Ejército Salvadoreño, la Guardia Nacional, la Policía Nacional y a los integrantes de los escuadrones de la muerte diciendo: "Yo quisiera hacer un llamado de manera especial a los miembros del ejército y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la Policía y de los cuarteles. Hermanos: son de nuestro mismo pueblo, matan a sus hermanos campesinos y antes de una orden que da un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice, "No matarás". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden en contra de la ley de Dios. Nadie tiene que cumplir una ley inmoral. Ya es hora de que recuperen su conciencia y que obedezcan a su conciencia antes que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de la ley de Dios, de la divinidad humana, de las personas, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. La Ley de Dios debe prevalecer. En el nombre de Dios pués, en el nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo, les ruego, les suplico, ¡LES ORDENO EN EL NOMBRE DE DIOS QUE CESE LA REPRESIÓN!".

Al siguiente día, a las 18:25 horas del 24 de marzo, mientras celebraba una misa en el Hospital de la Divina Providencia de la capital salvadoreña; Monseñor Romero fue asesinado por una bala disparada por un francotirador desde la entrada de la capilla. La bala le penetró el corazón, robándole la vida instantáneamente. Se atribuyó el crimen a grupos de ultraderecha, afirmándose que la orden de disparar habría sido dada por el antiguo Mayor Roberto D'Aubuisson.

En alguna oportunidad dijo:

"Hermanos -si de verdad lo somos: hermanos- trabajemos por construir un amor y una paz, pero no una paz y un amor superficiales, de sentimientos, de apariencias; un amor y una paz que tiene sus raíces profundas en la justicia. Sin justicia no hay amor verdadero, sin justicia no hay verdadera paz."

"...El Evangelio me impulsa a hacerlo y en su nombre estoy dispuesto a ir a los tribunales, a la cárcel y a la muerte..."

Mi respeto y oración por todos aquellos cristianos que, en diferentes épocas y lugares, han dado su vida por ser consecuente con la enseñanza de su Maestro .. Nuestro Señor Jesús .

Fuente texto y fotos : Sitio CARITAS – Costa Rica y otros sitios de Internet




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