domingo, 30 de marzo de 2008

Estimados (as ) :

En oportunudades anteriores , les he contado que soy integrante de la Pastoral del Trabajadores de la Diócesis de Rancagua.

En esa perspectiva me es grato compartir con Uds., una entrevista realizada por la Revista Observatorio Regional al sacerdote Encargado de dicha Pastoral, nuestro querido y apreciado Padre Eduardo Morin :

LA DIGNIFICACIÓN DE LOS TRABAJADORES TEMPOREROS FRUTÍCOLAS:
EL COMBUSTIBLE DE CHILE COMO POTENCIA ALIMENTARIA

Por Pablo Favio Vásquez
Profesor de Historia y Geografía

Rancagua, seis y media de la tarde del día viernes 22 de Enero de 2008. Mis pasos me llevan desde el bus que me trae desde las afueras de la ciudad hasta las inmediaciones de su corazón neurálgico. Mi sombra atraviesa raudamente la Av. Millán para sumergirme en la embaldosada calle Del Estado.

Allí, portentosa y con las antiguas ganas de lucir mejores galas, la emblemática Iglesia de San Francisco me recibe con una serenidad que tan solo las viejas montañas de la Cordillera de los Andes han de conocer.

Ingreso por la puerta de cristal situada a un costado del frontis. Un fresco aire proveniente desde el interior del edificio me da la bienvenida, apaciguando con ello el intenso calor de las tardes de verano de nuestra región.

Me presento. Un sacerdote me saluda y me conduce hasta el despacho de quien me espera. Un largo corredor me recibe y, en sus orillas seis sillas finamente entalladas en madera son objeto de mi admiración.

He llegado a mi destino: La Pastoral de los Trabajadores de la Diócesis de Rancagua.

Adentro, se oye la voz del Padre Eduardo Morín.

Cualquiera diría que el Padre Morín ha sido minero por los menos unas tres décadas: es de estatura media, robusto y con unos brazos gruesos como ramas de roble.

Su acento y su rápido castellano lo denuncian como extranjero.
Claro que sí, nació hace 68 años en la parte francesa del Canadá: Québec.
Y sí, su fortaleza se la ha ganado a través de sus experiencias en los campos y selvas de Chiapas en México; junto a los mayas y los exiliados en Guatemala y en los campos del Valle de Copiapó de nuestro país, por mencionar solo algunas de sus estancias en el mundo.
Me dice que ha estado buscando nuestra Revista en Internet, lo que me indica que estoy en presencia de un ser inquieto, siempre en busca de más conocimiento.

Sonrío y le explico como había que buscarla.
Pasamos a continuación, a otra oficina, un poco más reducida pero igual de confortable que la anterior, situada en frente de aquella.

¿Señor Morín, cual es a juicio de usted el panorama que se vive actualmente en el mundo laboral de los temporeros?

Actualmente, se está gestando una gran transformación en el mundo rural de Chile. Quizás buena parte de ello sea producto del proceso de globalización en el cual el país se insertó gracias a los amplios tratados comerciales que el Estado ha propiciado. Todo ello, le ha otorgado a Chile el carácter de “potencia alimentaría”.

Las exigencias en los estándares de calidad de los alimentos que los consumidores de Europa, Asia, y América del Norte ha obligado a los productores chilenos a mejorar sustancialmente sus productos, el uso de tecnología de punta y el uso de trabajadores cada vez con más alta especialización y, es en esta última parte donde se está generando lo que podría llamarse una crisis.

Cada temporada, las AGROEXPORTADORAS solicitan mayores exigencias a la hora de contratar trabajadores agrícolas para las labores frutícolas.

Sin embargo, estas exigencias no han estado acordes con los sueldos recibidos por estos mismos trabajadores. En el Valle de Copiapó los trabajadores que llegan hasta allí ganan tres veces más que en la Región de O’HIGGINS. Cada temporada, llegan hasta el Valle de Copiapó entre 20 y 25 mil trabajadores provenientes de todos los rincones de Chile. Son conocidos como “Los Mochileros”. Pasan 10 meses, entre Agosto y Mayo deambulando por los valles agrícolas ubicados entre Copiapó y Coihaique.

¿Cómo podría llegar a producirse una crisis en el sector agrícola chileno si los trabajadores temporeros declararan una huelga o un paro, si la tasa de personas cesantes al menos en la Región de O’HIGGINS es alta? Todos necesitan un trabajo.

Es cierto que todos necesitan un trabajo. Sin embargo, los consumidores que actualmente Chile tiene que satisfacer con sus productos agrícolas son extraordinariamente exigentes. El Mercado japonés, el chino y el británico, por ejemplo, envía a sus propios veedores agrarios para observar la producción de los alimentos que posteriormente se enviarán a sus respectivos países.

Esto ha obligado a los grandes exportadores frutícolas a especializar y capacitar a sus trabajadores. Ya no cualquier persona puede trabajar en los campos o en los packings.

El problema radica en que ésta especialización, si bien es exigida por el empleador, no es considerada por éste al momento de pagar al trabajador sus servicios. Al menos no por todos. La especialización, los años de trabajo en la misma empresa deben pagarse, la profesionalización tiene un precio y tiene un resultado económico: un producto altamente competitivo en los mercados internacionales. Eso debe pagarse.

Además de eso, está el trato que recibe el trabajador durante su permanencia en el trabajo. Muchas veces las condiciones laborales son horrendas. Muchos son tratados como si fueran esclavos.

Don ALEJANDRO GOIC sugirió el concepto del Sueldo Ético. Esto remeció completamente el mundo político y económico del país durante el año 2007.

Monseñor GOIC vio que los trabajadores chilenos estaban abandonados, que nadie los defendía o preocupaba por sus problemas diarios: los trabajadores de las tiendas, los temporeros, los obreros, etc.

El sentir de éstos estaba lleno de preocupaciones: la cesantía, las cuentas que suben y suben, la educación de los hijos, los sueldos que no alcanzan...

Entonces fue cuando Monseñor GOIC impulsó la idea del Sueldo Ético. No es posible que se pague lo mínimo. Lo mínimo no puede ser el sueldo justo.

Es escandaloso ver como los políticos en el Congreso no son capaces de ponerse de acuerdo debido a que no congenian en fijar el Sueldo Mínimo por 1.500 pesos. Eso no puede ser posible.

¿Cuál ha sido la acción de la Iglesia Católica en este aspecto?

En las Orientaciones Pastorales de la Conferencia Episcopal de Chile (Cech), para el periodo 2001-2005, los Obispos señalan que:

“Somos conscientes de las profundas mutaciones operadas en el mundo laboral y de la angustia que produce el desempleo.

Por ello nos proponemos: desarrollar una profunda reflexión teológica y pastoral sobre el sentido del trabajo en la era postindustrial; crear espacios de diálogo en base a la Enseñanza Social de la Iglesia , entre empresarios y trabajadores y, entre sus respectivas organizaciones; apoyar la promoción de leyes laborales más justas y crear conciencia de la necesidad de evitar las excesivas horas de trabajo que muchas veces sacrifican el descanso, sobretodo el descanso dominical, y con él a personas y familias en todos los sectores de la sociedad, incluyendo el de los dirigentes políticos y sociales.

Quisiéramos seguir promoviendo, con más ahínco, la pastoral de los trabajadores y la pastoral del empresariado, entregándoles los elementos pertinentes de la Doctrina Social de la Iglesia para que asuman, desde la fe, la vocación que el Señor les ha dado y puedan promover un entendimiento más justo con los diversos agentes del desarrollo”[1]

A partir de lo anterior, la Pastoral de los Trabajadores se ha abocado a los siguientes objetivos:

1. Promover la evangelización del mundo de los trabajadores, con todos los actores que en él intervienen, y sus organizaciones.

2. Contribuir al desarrollo del movimiento de los trabajadores y al establecimiento de instancias de diálogo entre trabajadores, empresarios y autoridades.

3. Promover y desarrollar los espacios de intercambio, de experiencias de formación integral y de experiencias de espiritualidad de los agentes comprometidos con la pastoral de los trabajadores y de los trabajadores en general.

4. Promover y apoyar el desarrollo de comunidades cristianas, movimientos apostólicos y otras expresiones comunitarias de los trabajadores.

Cada uno de éstos objetivos tiene varias líneas de acción.

¿La situación de los temporeros es igual en todo el país?

No. En el Norte, al menos en el Valle de Copiapó, las condiciones de trabajo son mucho mejores que las presentes en la Región de O’HIGGINS. Allí hace falta mucha mano de obra en las labores agrícolas, así que por lo general los sueldos son más elevados que en la zona central del país. Ello quizás se deba a que las primeras exportaciones de frutas que envía Chile al extranjero cada año, provengan de allí. Dichos envíos se realizan en noviembre, justo cuando el Hemisferio Norte está entrando en el invierno. A los norteamericanos y británicos les gusta comer uvas para Navidad y, están dispuestos a pagar muy bien por ello. La caja de uva de mesa llega a alcanzar los 30 dólares en Filadelfia por esos días. Es el Oro Verde.

A diferencia de ello, cuando la fruta de la zona central de Chile está lista para enviarse, esto solo se produce en los meses de Febrero-Marzo, es decir, tres meses después que se efectúan los primeros envíos desde el Valle de Copiapó. Para ese entonces, los precios de la fruta ha bajado considerablemente.

Junto a lo anterior, los recursos humanos que trabajan en las labores agrícolas en la zona norte, provienen en su mayoría de la zona centro-sur del país, ya que en el Norte, la idiosincrasia local mira a este tipo de trabajo como una actividad económica indigna. Es decir, para ellos, un verdadero trabajador –un hombre- es aquel que se gana la vida partiendo rocas con su punzón y su martillo en las minas. Eso para ello es trabajo. El trabajo en los campos es impropio de hombres.

Por ello, la gran mayoría de los trabajadores frutícolas proviene del centro y del sur del país. Se puede encontrar a muchos mapuches trabajando en el Valle de Copiapó. Incluso personas de Coyhaique.

Con respecto a la zona Central, el caso de los trabajadores temporeros es bien diferente. Ellos están siempre cerca de sus hogares, es decir, se trasladan a sus puestos de trabajo de igual manera que lo hace un funcionario de alguna oficina. Y, al terminar el turno, volverán a sus casas junto a sus familias. La única diferencia es que su año laboral es más corto. Ahora, por desgracia para ellos, los productos frutícolas que manipulan llegan a los mercados demasiado tarde como para ganar los sueldos que tienen su misma labor en el Norte del país.

Bueno y, además de eso, hay que destacar que existe mucho miedo entre los trabajadores de la zona a perder sus puestos de trabajo.

¿Cambiaría la situación si la Región contara con más diversidad industrial?

Claro que sí. Habría menos mano de obra disponible y mayor especialización aún.

¿Cuál ha sido la labor de la Iglesia entre los años 2005 y 2007?

Escuchar y compartir las experiencias de los trabajadores. Ellos también son hijos de Dios. Hemos realizado reuniones periódicas con muchos de ellos. La Iglesia Católica quiere saber que es lo que está pasando con las personas. Quiere saber sus penas, sus preocupaciones.

En síntesis, conocer sus vidas. Y en eso estamos todos nosotros trabajando. De hecho, el día 19 de Abril se realizará en Las Cabras, el lanzamiento de la Pastoral Católica al Mundo Rural.

Pero, por otro lado, también estamos realizando gestiones con las autoridades y los empresarios a través de la Mesa de Diálogo Laboral y Social.

¿La Mesa de Diálogo Laboral y Social?

Sí. Se creó en los primeros días de enero y fue impulsada por los diferentes actores que participan en las actividades hortofrutícolas. Entre ellos se destaca la Asociación de Exportadores de Chile (Asoex), la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta), la Pastoral de Temporeros Frutícolas, la Federación de Sindicatos Agrícolas, por nombrar solo algunas de las organizaciones firmantes.

La Mesa consideró la creación de un documento de protocolo en el que se estipula la intención de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, tales como la participación de la mujer, las remuneraciones, la salud y las pensiones de jubilación, entre otras muchas preocupaciones de los trabajadores.

Los sueldos de los temporeros son muy malos, no alcanzan para cubrir todas las necesidades de sus familias.

En Diciembre del año pasado, ocurrieron fuertes protestas en Copiapó en apoyo del Sueldo Ético propuesto por Monseñor Goic. Después, en Enero de éste año, se produjo otro movimiento de apoyo al Sueldo Ético y de la mejora de las condiciones laborales en Ovalle.

¿Cuál es el panorama de los temporeros en la Región de O’higgins?

Es un poco difícil de precisar con exactitud. Pero, primero se tiene que considera que hay aproximadamente 700 predios agrícolas de gran envergadura en la Región. Junto a ello, se tiene que destacar que la superficie frutal cultivada alcanza las 60 mil hectáreas y que, hay 120 mil trabajadores temporeros frutícolas, por lo que éstos constituyen la mayor fuerza laboral de toda la región.

Ahora bien, las condiciones de trabajo de éstos 120 mil trabajadores es muy difícil de graficar y analizar a fondo. Esta región es inmensa, muy grande. Imagina que solo existen 5 fiscalizadores de la Inspección del Trabajo para toda la región. Obviamente no son capaces de acudir a todos los llamados –si es que los abusos son denunciados.

Hay muchos problemas y ello, debido a que se ha seguido considerando a los temporeros como trabajadores de poca importancia. Como un trabajo de mala calidad. Sin embargo, eso no es cierto, ellos son el principal motor económico y laboral de la región (estos cien mil trabajadores generan los ingresos necesarios para mantener a más de medio millón de habitantes, es decir, casi toda la población de nuestra región).

El concepto y la imagen del trabajador temporero frutícola se está transformando y continuará cambiando, siempre y cuando tome conciencia de su valor económico y social.

En ello también ayudan las exigencias de los mercados extranjeros. Los empresarios chilenos deben aprender que toda sus empresas agrícolas descansan en los hombros y en la calidad del trabajo de estos trabajadores. El empresario agrícola chileno debe aprender a mantener contento a sus trabajadores, a pagarles lo que realmente se merecen. Ellos manipulan alimentos, productos de alto valor económico en los mercados asiáticos y europeos. Cualquier error podría significar la pérdida de millones de dólares e, incluso el cierre de cualquiera de estos mercados.

Por eso, la importancia de un trabajo como éste tiene que tener su correspondiente retribución, lo que debe reflejarse en la calidad del trabajo ejecutado por el trabajador durante largas horas al sol o parado durante horas en los packings embalando frutas con sumo cuidado y siguiendo especificaciones técnicas provenientes de estándares internacionales.
Los temporeros son trabajadores profesionales y deben ser reconocidos como tales, tanto social como económicamente.

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[1] Morín, Eduardo. Pastoral de los Trabajadores. Fundamentos. Diócesis de la Santa Cruz de Rancagua. Pág. N° 1.

domingo, 23 de marzo de 2008

EL FUNDAMENTO DE NUESTRA FE

El Señor Jesús venció la muerte.. El Señor Jesús ha resucitado...

Hoy, el Señor nos regalo a mí y a mi hijo Christian , la oportunidad de asistir a Misa, en la Capilla de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento (Lídice 450, Fono (72) 221072 - Rancagua ). La Misa fue celebrada por nuestro Obispo Diocesano Don Alejandro Goic Karmelic.

En un ambiente de recogimiento, Don Alejandro nos explico el sentido de la lecturas y nos encaminó a reflexionar sobre el fundamento de nuestra Fe : La Resurrección.


Frente a la Reurrección ¿ Qué puedo decir ? ... reflexionar y por ahora repetir las palabras pronunciadas por Benedicto XVI a mediodía de este Domingo de Resurrección desde la plaza de San Pedro del Vaticano:

Resurrexi, et adhuc tecum sum. Alleluia! He resucitado, estoy siempre contigo. ¡Aleluya! Queridos hermanos y hermanas, Jesús, crucificado y resucitado, nos repite hoy este anuncio gozoso: es el anuncio pascual. Acojámoslo con íntimo asombro y gratitud.


"Resurrexi et adhuc tecum sum". "He resucitado y aún y siempre estoy contigo". Estas palabras, entresacadas de una antigua versión del Salmo 138 (v.18b), resuenan al comienzo de la Santa Misa de hoy. En ellas, al surgir el sol de la Pascua, la Iglesia reconoce la voz misma de Jesús que, resucitando de la muerte, colmado de felicidad y amor, se dirige al Padre y exclama: Padre mío, ¡heme aquí! He resucitado, todavía estoy contigo y lo estaré siempre; tu Espíritu no me ha abandonado nunca. Así también podemos comprender de modo nuevo otras expresiones del Salmo: "Si escalo al cielo, allí estás tú, si me acuesto en el abismo, allí te encuentro... Porque ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día; para ti las tinieblas son como luz" (Sal 138, 8.12). Es verdad: en la solemne vigilia de Pascua las tinieblas se convierten en luz, la noche cede el paso al día que no conoce ocaso. La muerte y resurrección del Verbo de Dios encarnado es un acontecimiento de amor insuperable, es la victoria del Amor que nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte. Ha cambiado el curso de la historia, infundiendo un indeleble y renovado sentido y valor a la vida del hombre.


"He resucitado y estoy aún y siempre contigo". Estas palabras nos invitan a contemplar a Cristo resucitado, haciendo resonar en nuestro corazón su voz. Con su sacrificio redentor Jesús de Nazaret nos ha hecho hijos adoptivos de Dios, de modo que ahora podemos introducirnos también nosotros en el diálogo misterioso entre Él y el Padre. Viene a la mente lo que un día dijo a sus oyentes: "Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11,27). En esta perspectiva, advertimos que la afirmación dirigida hoy por Jesús resucitado al Padre, - "Estoy aún y siempre contigo" - nos concierne también a nosotros, que somos hijos de Dios y coherederos con Cristo, si realmente participamos en sus sufrimientos para participar en su gloria (cf. Rm 8,17). Gracias a la muerte y resurrección de Cristo, también nosotros resucitamos hoy a la vida nueva, y uniendo nuestra voz a la suya proclamamos nuestro deseo de permanecer para siempre con Dios, nuestro Padre infinitamente bueno y misericordioso.


Entramos así en la profundidad del misterio pascual. El acontecimiento sorprendente de la resurrección de Jesús es esencialmente un acontecimiento de amor: amor del Padre que entrega al Hijo para la salvación del mundo; amor del Hijo que se abandona en la voluntad del Padre por todos nosotros; amor del Espíritu que resucita a Jesús de entre los muertos con su cuerpo transfigurado. Y todavía nás: amor del Padre que "vuelve a abrazar" al Hijo envolviéndolo en su gloria; amor del Hijo que con la fuerza del Espíritu vuelve al Padre revestido de nuestra humanidad transfigurada. Esta solemnidad, que nos hace revivir la experiencia absoluta y única de la resurrección de Jesús, es un llamamiento a convertirnos al Amor; una invitación a vivir rechazando el odio y el egoísmo y a seguir dócilmente las huellas del Cordero inmolado por nuestra salvación, a imitar al Redentor "manso y humilde de corazón", que es descanso para nuestras almas (cf. Mt 11,29).


Hermanas y hermanos cristianos de todos los rincones del mundo, hombres y mujeres de espíritu sinceramente abierto a la verdad: que nadie cierre el corazón a la omnipotencia de este amor redentor. Jesucristo ha muerto y resucitado por todos: ¡Él es nuestra esperanza! Esperanza verdadera para cada ser humano. Hoy, como hizo en Galilea con sus discípulos antes de volver al Padre, Jesús resucitado nos envía también a todas partes como testigos de su esperanza y nos garantiza: Yo estoy siempre con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20). Fijando la mirada del alma en las llagas gloriosas de su cuerpo transfigurado, podemos entender el sentido y el valor del sufrimiento, podemos aliviar las múltiples heridas que siguen ensangrentando a la humanidad, también en nuestros días. En sus llagas gloriosas reconocemos los signos indelebles de la misericordia infinita del Dios del que habla al profeta: Él es quien cura las heridas de los corazones desgarrados, quien defiende a los débiles y proclama la libertad a los esclavos, quien consuela a todos los afligidos y ofrece su aceite de alegría en lugar del vestido de luto, un canto de alabanza en lugar de un corazón triste (cf. Is 61,1.2.3). Si nos acercamos a Él con humilde confianza, encontraremos en su mirada la respuesta al anhelo más profundo de nuestro corazón: conocer a Dios y entablar con Él una relación vital en una auténtica comunión de amor, que colme de su mismo amor nuestra existencia y nuestras relaciones interpersonales y sociales. Para esto la humanidad necesita a Cristo: en Él, nuestra esperanza, "fuimos salvados" (cf. Rm 8,24)


Cuántas veces las relaciones entre personas, grupos y pueblos, están marcadas por el egoísmo, la injusticia, el odio, la violencia, en vez de estarlo por el amor. Son las llagas de la humanidad, abiertas y dolientes en todos los rincones del planeta, aunque a veces ignoradas e intencionadamente escondidas; llagas que desgarran el alma y el cuerpo de innumerables hermanos y hermanas nuestros. Éstas esperan obtener alivio y ser curadas por las llagas gloriosas del Señor resucitado (cf. 1 P 2, 24-25) y por la solidaridad de cuantos, siguiendo sus huellas y en su nombre, realizan gestos de amor, se comprometen activamente en favor de la justicia y difunden en su alrededor signos luminosos de esperanza en los lugares ensangrentados por los conflictos y dondequiera que la dignidad de la persona humana continúe siendo denigrada y vulnerada. El anhelo es que precisamente allí se multipliquen los testimonios de benignidad y de perdón.


Queridos hermanos y hermanas, dejémonos iluminar por la luz deslumbrante de este Día solemne; abrámonos con sincera confianza a Cristo resucitado, para que la fuerza renovadora del Misterio pascual se manifieste en cada uno de nosotros, en nuestras familias y nuestros Países. Se manifieste en todas las partes del mundo. No podemos dejar de pensar en este momento, de modo particular, en algunas regiones africanas, como Dafur y Somalia, en el martirizado Oriente Medio, especialmente en Tierra Santa, en Irak, en Líbano y, finalmente, en Tibet, regiones para las cuales aliento la búsqueda de soluciones que salvaguarden el bien y la paz. Invoquemos la plenitud de los dones pascuales por intercesión de María que, tras haber compartido los sufrimientos de la Pasión y crucifixión de su Hijo inocente, ha experimentado también la alegría inefable de su resurrección. Que, al estar asociada a la gloria de Cristo, sea Ella quien nos proteja y nos guíe por el camino de la solidaridad fraterna y de la paz. Éstos son mis anhelos pascuales, que transmito a los que estáis aquí presentes y a los hombres y mujeres de cada nación y continente unidos con nosotros a través de la radio y de la televisión. ¡Feliz Pascua!


Traducción del original italiano distribuida por la Santa Sede

FUENTE : Agencia Noticiosa Católica ZENIT


viernes, 21 de marzo de 2008

LA REFLEXION DE UN LAICO

Estimados (as) :

Quien escribe en este Blog, es un laico sin formación formal en teología. Sumo a lo anterior el hecho de ser una persona común y corriente, convertida al cristianismo – católico por la gracia del Señor. Ciertamente no soy la persona apropiada para escribir en un Blog que lleva por nombre: MIRADA CATÓLICA ¿Porque lo hago? No tengo respuesta.

No obstante, dada la responsabilidad que demanda abrir al mundo una ventana como MIRADA CATOLICA y en atención que, me mueve el firme propósito de no apartarme de la sana doctrina, es que someto mis reflexiones y transcripciones al juicio de la autoridad eclesiástica correspondiente, con el objeto de corregir la más mínima desviación.

Avanzado este Viernes Santo, solo en un living que llama a la meditación, quisiera compartir con Uds., algunas reflexiones que nacieron, en los jardines del Santuario Schoenstatt, motivadas por un retiro predicado, en la mañana de hoy, por el Padre Jorge Zeger (Iglesia del Buen Pastor – Rancagua)

· La muerte y la resurrección del Señor Jesús, constituye el centro de la historia de nuestra Humanidad.

· El Padre Celestial nos mira a través de la muerte y resurrección del Señor Jesús.

· Toda filosofía es opacada por la redención.

· La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando “ hasta el extremo” , “ hasta el total cumplimiento” *1

· 1 SPE SALVI. Carta Encíclica sobre la Esperanza Cristiana.

martes, 18 de marzo de 2008

SEMANA SANTA




Estimados :

Jesús ofreció libremente su vida en sacrificio, es decir ha reparado nuestras culpas con la plena obediencia de su amor hasta la muerte. Este amor hasta el extremo del Hijo de Dios, reconcilia a la humanidad entera con el Padre. El sacrificio pascual de Cristo rescata , por tanto, a los hombres de modo único, perfecto y definitivo, y le abre la comunión con Dios. *1

Jesús ofreció su vida, por las faltas que he cometido y que cometó en mi condición de hijo, padre, esposo, vecino, trabajador, ciudadano, cristiano...

Nuestro Señor y Salvador me invita a trabajar por la Civilización del Amor :

" La finalidad inmediata de la doctrina social es la de proponer los principios y valores que pueden afianzar una sociedad digna del hombr. Entre estos principios, el de la solidaridad en cierta medida comprende todos los demás : éste constituye " uno de los principios básicos de la concepción cristiana de la organización social y política " *2


Este principio está iluminado por el primado de la caridad " que es signo distintivo de los discípulos de Cristo. Jesús " nos enseña que la ley fundamental de la perfección humana,y, por tanto, de la transformación del mundo, es el mandamiento nuevo del amor "*3


Con la gracia y ayuda del Señor Jesús, me preocuparé en Semana Santa por meditar sobre mi realidad .. y la forma de contribuir en forma efectiva con la construcción de la Civilización del Amor ...


*1 Compendio Catecismo de la Iglesia Católica.


*2 Juan Pablo II Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 47:AAS 80 (1988) 580


*3 Concilio Vaticano II, Const.past. Gaudium et spes, 38: AAS 58 ( 1966 )


*2 y *3 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.



sábado, 15 de marzo de 2008

PADRE JOSE KENTENICH



Nació el 18 de Noviembre de 1885 en Gymnich, cerca de Colonia (Alemania), y fue ordenado sacerdote el 8 de Julio de 1910. En los primeros años de su labor pastoral fue Director Espiritual del seminario menor de los Pallottinos en Schoenstatt (Vallendar junto al Rhin), y en esa época puso los fundamentos de su Obra: la Familia de Schoenstatt. En los años que siguieron formó las comunidades sacerdotales y laicales que la componen, y a partir de 1926 fundó los diferentes Institutos Seculares de Schoenstatt. Detenido por la Gestapo en Septiembre de 1941, fue enviado al campo de concentración de Dachau, donde permaneció hasta Abril de 1945. Allí consolidó su Obra y le dio alcances internacionales. A partir de 1949 la Iglesia sometió a prueba a la Obra de Schoenstatt, y la mayor parte de esos años los pasó el Fundador en Milwaukee (EE.UU.).


En Navidad de 1965 regresó a Schoenstatt, y sin atender a su avanzada edad, se dedicó con todas sus energías a la dirección de su Obra, extendida por todo el mundo. Inesperadamente, en plena labor sacerdotal, lo llamó Dios a la Patria Eterna el 15 de Septiembre de 1968, luego de celebrar la Santa Misa.


Lo más característico de su personalidad son los rasgos de una paternidad singular y sobrenatural, que Dios le regaló en forma especial. Lo capacitó con extraordinarias dotes naturales y abundantes dones sobrenaturales para realizar su misión específica para la Iglesia actual y del futuro. Todos los éxitos los atribuyó al poder de la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt, su gran anhelo era anunciar la grandeza de la Santísima Virgen y formar nuevos hombres y comunidades, en los que resplandeciera la presencia y la imagen de María. Empleó toda la fuerza y la atracción de su personalidad, en conducir a las personas que se le confiaron, hacia la cercanía de Dios, hacia el abandono total a la Santísima Trinidad. Totalmente arraigado en el Más Allá, y siempre atento a lo presente, interpretaba proféticamente los signos de Dios en la Iglesia y en el mundo. Las palabras “Dilexit Ecclesiam” (Amó a la Iglesia) que eligió como epitafio, son las que mejor resumen el sentir más profundo de quien fue Padre y Fundador de la Familia de Schoenstatt.

El Padre José nos dice :

El amor para el cual tu amor nos creó esté presente ante nuestros ojos y plasme íntegra nuestra vida.

Lleve Ud., su cruz tranquilo, humilde,valiente.Así ayuda a salvar al mundo.

El que quiere ganar los corazones, tiene que poner como prenda su propio corazón

Nada pasa por casualidad! todo viene de la bondad de Dios.


Santa Madre, haz que las llagas que tu Hijo ha sufrido por mí, se graben profundamente en mi alma.


Que mi vida sea un gran Magnificat.


Solamente la fe viva vence al mundo,

Todo por amor, con alegría.

Fuente 1 : http://www.schoenstatt.cl

Fuente2: Sitios de internet - Padre José Kentenick