domingo, 28 de diciembre de 2008

UN CUMPLEAÑOS DIFERENTE

Estimados (as) :
Las primeras horas del día Domingo me envuelven con un silencio magistral… todos duermen y la blanca hoja dibuja letras y pensamientos que, mi corazón y mente comunican a la eternidad.

Es el día de ayer… es el día 27 de Diciembre de 2008 que no quiere partir…se asoma y me hace recordar un día especial… un cumpleaños diferente.

Es cierto, fue un día especial … comenzando por el viaje que realizamos con el Padre Eduardo Morin a la ciudad de San Fernando, específicamente a la Parroquia de Santa Rita, con el objeto de trabajar con el Padre Claudio Fuenzalida ( Párroco ) en los preparativos de la ESCUELA DE VERANO ( TALLER SOBRE LA DIMENSION SOCIAL DE LA FE ) que, impartiremos, en el mes de Enero ( 2009) como Pastoral del Trabajador.

Cerca de las 10:00 horas, saludábamos a Padre Claudio y a su Sra. Madre, luego un desayuno muy conversado y a trabajar… un alto en el camino y un saludo por mi cumpleaños…. mis agradecimientos .. y mi solicitud de bendición … Padre Claudio y Padre Morin imploran al Señor bendiciones para mi vida y para mi familia.

Trabajar, trabajar y la tarea realizada. Cerca de las 13:00 horas, nos disponemos a compartir un almuerzo con jóvenes integrantes de la Pastoral Juvenil, almuerzo preparados por ellos. Un almuerzo muy agradable, junto a un grupo de jóvenes alegres y transparentes que, evidencian un gran potencial. Desde Mirada Católica, reitero mis agradecimnientos a los jóvenes de la Pastoral Juvenil, por su atención y su saludo de cumpleaños. Luego la despedida y el regreso a Rancagua.

En casa, compartir con Marianela y mis tres hijos: Nicole, Rodolfo y Christian …. En la tarde a Misa… oración y agradecimiento por un año más… agradecimiento por tantas bendiciones … agradecimientos por mis padres, mi esposa e hijos, el trabajo, la fe; agradecimiento por los 51 años. Finalizada la Misa y a solicitud de mi hijo (Christian) , una nueva bendición a través de la persona de mi Párroco , Padre Carlos Naranjo.

Nuevamente en casa .. compartir en familia y con algunos amigos. El teléfono que canta su canción y la voz de un amigo y compañero de trabajo que, desde la Región de Magallanes me saludaba (Jorge Espinoza).

El reloj no para su caminar, minuto a minuto avanza .. marcando las 5:53… El Silencio, las teclas de mi computador y la inmensidad… Agradecido Señor…

Señor de la Vida, me permito implorar nuevamente tu compañía y tu gracia para contribuir al conocimiento de la dimensión social de la Fe… siguiendo un ejemplo actual que, nos muestras, en la persona de nuestro Obispo Alejandro Goic Karmelic.

Con afecto;

Christian Gautier Vallette
Pastoral del Trabajador
Diócesis de Rancagua

sábado, 20 de diciembre de 2008

CUARENTA Y TRES AÑOS DE VIDA SACERDOTAL




Estimados (as ) :

El día Jueves 18 de Diciembre, recién pasado, en compañia de algunos miembros de la Pastoral del Trabajador, celebramos los cuarenta y tres años de sacerdocio del Padre Eduardo Morin .

En la oportunidad, agradecimos a Nuestro Señor, por la fecunda labor de nuestro querido Padre Eduardo; hombre cercano a las siete décadas, nacido en la parte francesa del Canadá ( Québec ) y formado en La Société des Missions-Étrangères ( Sociedad de las Misiones Extranjeras).

Su experiencia misionera, lo ha llevado a prestar servicio, entre otros lugares en : los campos y selvas de Chiapas en México; junto a los Mayas y los exiliados de Guatemala. En nuestro país se ha desempeñado en los campos del Valle de Copiapó, Santiago y en nuestra Región de O'Higgins.

En lo personal, agradezco al Señor Jesús, la oportunidad que me ha dado de conocer al Padre Eduardo, dado que he conocido a un sacerdote que camina mirando a su Señor y a los necesitados... un sacerdote que traduce la labor de evangelización en acción, sin olvidar la oración ... un sacerdote que sabe de las alegrías y tristezas de los temporeros y contratistas.....un sacerdote que conoce la riqueza de la Doctrina Social de la Iglesia.

Los invito a visualizar algo más de la vida, obra y pensamiento del Padre Eduardo, a través de :












domingo, 14 de diciembre de 2008

EL SEÑOR JESUS

ESTIMADOS (AS):


EL SEÑOR JESUS NO ES PROPIEDAD PRIVADA DE LA IGLESIA CATOLICA......

EL SEÑOR JESUS NO ES PROPIEDAD PRIVADA DEL CRISTIANISMO....

EL SEÑOR JESUS ES EL SEÑOR POR EXCELENCIA...

EL SEÑOR JESUS ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.

EL SEÑOR JESUS ES EL PRINCIPIO Y EL FIN DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

lunes, 8 de diciembre de 2008

UN SALUDO PARA CHRISTIAN

ESTIMADOS (AS) :

DESDE MIRADA CATOLICA... UN SALUDO ...A LOS 27 AÑOS ....DE MI HIJO CHRISTIAN GAUTIER CANALES.

CHRISTIAN :
COMPARTIENDO LA MISMA FE Y ESPERANZA, PIDO AL SEÑOR ... A NUESTRO SEÑOR QUE, TE REGALE SU COMPAÑIA Y LA VIDA ETERNA..

NACES UN 8 DE DICIEMBRE ... FECHA DE ESPECIAL IMPORTANCIA PARA NUESTRA FE CRISTIANA - CATOLICA... POR ELLO, PIDO A NUESTRA SEÑORA QUE TE ACOMPAÑE Y APARTE DEL MAL.

CON AFECTO;

CHRISTIAN GAUTIER VALLETE

viernes, 31 de octubre de 2008

MISA DE CONVERSION

Estimados (as):
Ayer, en compañía de mi hijo Christian, participe en una Misa celebrada, en la Iglesia Catedral de Rancagua, por el Sacerdote Padre José Luis Aguilar de la Diócesis de Santiago del Estero (Argentina ) y tres Sacerdotes de nuestra Diócesis.

Cantamos, oramos, escuchamos la palabra de Dios, recibimos enseñanza. En lo personal … Paz y Liberación ….Entendimiento
Desde Mirada Católica, un saludo a los hermanos de la Renovación Carismática Católica y .. para quienes le interese les presento algunos antecedentes biográficos de Padre José Luis Aguilar :

“Sacerdote Católico residente en la Arquidiócesis de Buenos Aires (Argentina), 32 años de edad, Predicador Itinerante en la espiritualidad de la renovación en el Espíritu Santo. Desde niño conoció y vivió intensamente la experiencia de la espiritualidad renovada y carismática en su parroquia de origen.
A los 15 años fue animador de grupos de oración y ya predicaba en Seminarios de Vida. A los 19 años inicia su formación Sacerdotal. Fue ordenado Presbítero el 6 de setiembre de 2003. Es profesor de Filosofía y Teología, función que ejerció tanto en los niveles secundario, terciario e, incluso universitario, como profesor de Fundamentos Teológicos en la Universidad Católica de Santiago del Estero.
Amante de la Liturgia, es miembro de la Sociedad Argentina de Liturgia (SAL) y se desempeñó como profesor de Sagrada Liturgia en Seminarios de Formación para Catequistas, Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión y dando algunos talleres de formación en el Seminario Mayor de su diócesis y en otras diócesis en diferentes eventos. Es miembro de la Comunidad de Convivencias con Dios (CCcD) en la que colabora asesorando convivencias. Actualmente se dedica a la predicación nacional e internacional de Jornadas de Evangelización y Sanación, Seminarios de Vida, Misa de oración por los enfermos y dictado de retiros espirituales de sanación carismática, talleres de formación de líderes y servidores, en comunidades que lo invitan, contando para ello de los permisos necesarios de Señor Arzobispo de Buenos Aires. En este último tiempo ha predicado en Chile y Estados Unidos y se han incrementado mucho las invitaciones internacionales como es el caso de comunidades carismáticas de Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Chile y Estados Unidos. Actualmente vive la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Cap. Fed.), en la que reside desde hace 3 años”.

Señor …. Danos tu compañía y la gracia de la salvación...

lunes, 22 de septiembre de 2008

MONSEÑOR CARLOS GONZALEZ CRUCHAGA

Estimados (as ) :

Me uno a la oraciónes por el descanso eterno de Monseñor Carlos Gomzález Cruchaga.

Monseñor Carlos González Cruchaga nació en Santiago el 8 de junio de 1921. Sus padres fueron Don Guillermo González Echenique y Doña Elena Cruchaga Tocornal y su padrino de bautismo fue su primo hermano, el Padre Alberto Hurtado Cruchaga.Realizó sus estudios en el Colegio San Ignacio, de los Padres Jesuitas, y en 1937 ingresó a la Universidad Católica a estudiar Agronomía, carrera que suspendió el año 1938 cuando tomó la decisión de entrar al Seminario Mayor de Santiago para hacerse sacerdote.


Como parte de su formación sacerdotal, cursó estudios en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, los que le dieron el grado de Bachiller y Licenciado en Teología.El 23 de septiembre de 1944 fue ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de Santiago, por Monseñor José María Caro.


Su primera misión fue en la Parroquia San Joaquín, donde ejerció como Vicario Cooperador entre los años 1944 y 1946.Durante sus años de sacerdote, Monseñor González cumplió múltiples tareas pastorales. Fue Asesor Nacional de la Juventud Obrera Católica (JOC), de 1947 a 1949; Párroco de la Parroquia Cristo Resucitado, en Santiago, el año 1949. En 1950 inició una amplia y fecunda labor en el Seminario Pontificio de Santiago, tarea que ocuparía gran parte de su vida sacerdotal. Allí, fue Prefecto de Teólogos y Director Espiritual hasta que en 1962 fue nombrado Rector del Seminario, cargo que cumplió durante cuatro años.


En el mismo período asumió como Asesor Nacional de los Universitarios Católicos y fue director espiritual de cientos de personas, lo que refleja su gran preocupación por la formación interior de los cristianos. El 5 de enero de 1967 fue elegido Obispo de Talca, siendo consagrado en la Iglesia Catedral de esta ciudad el 5 de marzo del mismo año, por los Obispos José Manuel Santos, Bernardino Piñera y Gabriel Larraín. En el transcurso de sus treinta años de ministerio episcopal, fue miembro de la Comisión Episcopal para los Seminarios, y en varias oportunidades miembro del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal. Fue Presidente de la Conferencia Episcopal en dos períodos, desde 1988 a 1992, elegido en 1988 y reelegido en 1990.En 1996, cumplidos los setenta y cinco años de edad, se acogió a retiro, culminando así su labor de Pastor de la Diócesis de Talca por tres décadas.


En una masiva eucaristía celebrada en el frontis de la Iglesia Catedral, se despidió de su pueblo diocesano el 22 de diciembre de 1996. El 5 de enero de 1997 dejó de ser Obispo Titular de la Diócesis de Talca, sucediéndolo en su cargo, Monseñor Horacio Valenzuela Abarca.En su larga vida sacerdotal y episcopal, Monseñor Carlos González tuvo una preocupación prioritaria y permanente por la formación de las personas, de los sacerdotes, seminaristas y religiosos en general. Las puertas de su casa estuvieron siempre abiertas porque la atención a las personas fue uno de sus grandes valores.


La creación del Seminario de formación sacerdotal San Pablo de Rauquén (1981) y del Monasterio de las Hermanas Trapenses de Quilvo (1980) dan cuenta de la misma inquietud. Su ferviente búsqueda de la justicia social lo llevó a preocuparse siempre por los pobres, por los más débiles y frágiles de la sociedad. La creación de la Congregación de Religiosas del Buen Samaritano, el año 1978 en Molina, a cargo de la priora Madre Irene García, es uno de sus tantos empeños en esta dirección. Las más de doscientas cartas pastorales y otros textos, escritos durante su ministerio sacerdotal y episcopal, y la publicación de nuevos libros siendo Obispo emérito, reflejan su gran preocupación de pastor por la formación de su pueblo. Entre sus múltiples obras, podemos mencionar: "El rostro de Jesús", "Haz tú lo mismo", "Dime centinela, ¿qué ves en la noche?", "Sida y educación sexual", "El Padre Hurtado, un hombre de Dios", "La pobreza se supera en la solidaridad", etcétera. Mientras fue Obispo emérito, entre los años 1996 y 2008, estableció su residencia en el Caserío Lircay, lugar donde se insertó como un vecino más, preocupado de las necesidades de la comunidad, como las gestiones necesarias para conseguir la pavimentación de las calles, entre otras. Dedicado plenamente a su vida sacerdotal, celebraba cada domingo la Eucaristía en la Capilla del sector. Continuó atendiendo a las personas que llegaban a él en busca de ayuda espiritual; predicando retiros a los jóvenes; y escribiendo para contribuir a la formación de las personas y manifestar su preocupación por el acontecer nacional. De este período, podemos destacar: "En la cercanía del 2000", "Jesús y la gloria de amar", "Con verdad se construye la reconciliación", "Jesús en vasos de barro", "Sobre la cabeza llueve ceniza". En el marco de las celebraciones por sus 60 años de vida sacerdotal, en septiembre de 2004, Monseñor Carlos González presentó el libro "Manuel Larraín, un obispo sorprendente", demostrando su gran admiración por este obispo amigo del Padre Hurtado que lo precedió en la Diócesis de Talca.En julio de 2006, dedicó a los consagrados a Dios y a quienes buscan por diversos caminos al Señor, su libro "Semillas de esperanza". Y en enero de 2008 fue publicado su penúltimo libro, titulado, "Y qué hiciste con tu hermano", texto que por mucho tiempo se resistió a publicar por la controversia que podría generar el hecho de entregar su testimonio de obispo en el período del régimen militar.


Su permanente preocupación por el desarrollo de los acontecimientos en Chile y el mundo, se traducía en su constante ejercicio de escribir. Fue así como este año estuvo dedicado a escribir sus reflexiones y visión crítica sobre el fenómeno de la globalización, un tema complejo y sin rostro, como lo manifestó muchas veces. Su anhelo era entregar a los cristianos un mensaje certero que les ayudara a enfrentar los problemas nuevos con soluciones nuevas. Este libro, que no alcanzó a publicar en vida, será probablemente su obra póstuma.En sus doce años de Obispo emérito, Monseñor Carlos González también dedicó parte de su tiempo a ser Capellán del Liceo Agrícola San Alberto Hurtado de Molina, donde mostró un sacerdocio lleno de alegría y esperanza a los jóvenes campesinos que allí se forman. Celebraba la Eucaristía diaria en su casa y los domingos en la comunidad del sector; los terceros domingos de cada mes, concurría a celebrar la Eucaristía a la localidad de Villa Prat, comuna de Sagrada Familia de Curicó; y todos los jueves lo hacía en la Parroquia San Agustín de Talca.Su último libro, titulado con la pregunta "¿Quién es Jesús?", lo presentó pocos días después de que se hiciera pública la noticia de su enfermedad terminal. Entonces, Don Carlos hizo propicia la ocasión para insistir en la necesidad de tener a Cristo como el eje central y la gran línea de acción en la vida. Y fue Jesús, el Buen Pastor, el Buen Samaritano, la gran línea de acción de este Obispo que pasó por esta tierra haciendo el bien.Mons. Carlos González falleció en su residencia de Talca el 21 de septiembre de 2008.

http://www.iglesia.cl/

jueves, 18 de septiembre de 2008

FIESTAS PATRIAS

ESTIMADOS (AS) :

Comparto Homilía de Te Deum de Fiestas Patrias, Iglesia Catedral de Rancagua 18 de Septiembre 2008

¡A Ti, oh Dios, damos gracias en el día de la Patria que amamos!

En torno a la palabra de tu Hijo Jesucristo, que nos hace parte de su mesa y nos invita a comer y beber con Él, nos congregamos hoy para presentar nuestro Chile, esta región, esta ciudad. Para ofrecer lo que somos, nuestras luces y nuestras sombras. Para dar gracias por los hermosos dones con que el Señor nos bendice, ante todo por el maravilloso regalo de la fe que recorre nuestro pueblo.

Chile, hoy de norte a sur, agradece a Dios los dones recibidos. Los chilenos miramos nuestra realidad, sin olvidar lo que nos dijera Benedicto XVI en la Conferencia de Aparecida, Brasil, el año pasado (13 de mayo):

“¿Qué es esta ‘realidad’? ¿Qué es lo real? ¿Son realidad sólo los bienes materiales, los problemas sociales, económicos y políticos? Aquí está precisamente el gran error de las tendencias dominantes en el último medio siglo, error destructivo, como demuestran los resultados tanto de los sistemas marxistas como incluso de los capitalistas. Falsifican el concepto de la realidad con la amputación de la realidad fundante, y por esto decisiva, que es Dios. Quien excluye a Dios de su horizonte falsifica el concepto de “realidad” y, en consecuencia, sólo puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas”

Afortunadamente, Chile tiene en su historia y en su tradición la realidad de Dios. Este es un pueblo mayoritariamente creyente y los que no tienen el don de la fe anhelan, como todos los creyentes, una patria digna y justa para todos.

Tengo fresca en mi memoria la experiencia inolvidable que he vivido este año al poder celebrar el pasado 16 de julio la fiesta de Nuestra Señora del Carmen en el santuario de La Tirana, junto a la devota presencia de miles de compatriotas y entre ellos la primera autoridad de la Nación. Una expresión de amor del pueblo chileno a nuestra Madre, reconocida por la sociedad civil al decretar la fecha como Feriado, y reconocida también por la Iglesia al declarar la fiesta como Solemnidad, el más alto grado de nuestra liturgia.

Quiero traer hoy a esta iglesia Catedral esa hermosa escena que viví ese día en el norte: la Madre que nos convoca para mostrarnos a su Hijo, camino, verdad y vida… un pueblo que se reúne para tributar su cariño en la fe cristiana, la devoción, el canto y el baile… unas autoridades nacionales y locales que acompañan el sentir y las expresiones de la gente a la que ellos mismos se deben en su servicio. El Señor nos dice en el Evangelio de este día que Él está entre nosotros “como el que sirve”. La invitación es a quienes se cuentan entre “los grandes”, a comportarse como los menores, y a los gobernantes como servidores.

Esta palabra cobra una gran trascendencia en la época que vivimos, en que la autoridad se pone en crisis, lo mismo que su manera de ejercerla. Ocurre en la intimidad del hogar cuando las autoridades materna y paterna pierden fuerza, respeto y a veces hasta legitimidad. Sorprende que tanto en la familia como en el colegio la tarea de formar la conciencia moral en hijos y alumnos sea vista como una imposición ajena y arbitraria. Si una educación no pone límites difícilmente se ayuda a las futuras generaciones a que puedan ejercer una libertad responsable.

Esta realidad afecta también al ejercicio de la Política, cuyo actuar se desprestigia, lo mismo que el de legisladores, jueces y dirigentes gremiales. También se desacredita a las instituciones, y entre ellas, las confesiones religiosas no somos ajenas a este rechazo.

Ya en el Concilio Vaticano, la Iglesia “alaba y estima la labor de quienes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa pública y aceptan las cargas de este oficio” (GS, 75). Agregaba este documento conciliar: “Quienes son o pueden llegar a ser capaces de ejercer este arte tan difícil y tan noble que es la política, prepárense para ella y procuren ejercitarla con olvido del propio interés y de toda ganancia venal”.

Urge reivindicar la nobleza de la vocación política y del servicio público para poder recuperar la calidad de la política y su dignificación. Es cierto que, como toda actividad expuesta al escrutinio público, los errores –que los hay- deben ser corregidos y los eventuales delitos sancionados.

El 25 de julio último, convocados por el Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz Ossa, los diferentes partidos del país firmaron el Compromiso por el Bicentenario. En siete puntos destacaron su compromiso. En el tercero señalaron: "Comprometemos toda nuestra voluntad en la búsqueda del bien común, mediante una actividad política leal y honesta, que debe ser respetuosa de las ideas ajenas y dispuesta a valorar las concordancias por sobre las legítimas discrepancias, que siempre existirán.
Somos todos concientes de la responsabilidad que tenemos como dirigentes de Partidos Políticos, pues éstos son instrumentos indispensables en el buen funcionamiento de las instituciones democráticas".

La Patria agradece a todos los políticos su servicio en la construcción del bien común y en la preocupación sincera por los demás, particularmente por los más pobres. La Patria les llama también a una sincera autocrítica, para revisar su quehacer y enmendar rumbos en lo que sea necesario, de tal modo que la ciudadanía recupere su confianza en la política y en los diversos actores políticos. No es justo, por errores e incoherencias de algunos políticos, generalizar estas opiniones negativas.

Cuando se cae en generalizaciones y se denigra a todos los políticos, en el hogar, en las conversaciones sociales, en los medios de comunicación, etc., progresivamente se va instalando y legitimando una cultura de desconfianza hacia el servicio público. Cuando se erosiona la confianza en los representantes y los servidores públicos, se abre el camino a las propuestas autoritarias, a los caudillismos y populismos. Nuestro país debe aprender de su doloroso pasado reciente. Y esto no es sólo tarea de las autoridades, también y más decisivamente de todos los ciudadanos, en sus conciencias y en sus actitudes.

La Enseñanza Social de la Iglesia nos lleva a acentuar determinados aspectos que conviene recordar. Por ejemplo:
• la relación inseparable que existe entre el cambio de las estructuras y el cambio del corazón,
• el destino universal de los bienes,
• el justo equilibrio entre el respeto a la naturaleza y un desarrollo sustentable,
• la opción preferencial por los pobres,
• la exigencia de una educación integral y de óptima calidad para todos los niños y jóvenes, más allá de su condición económica,
• la defensa de los débiles y la protección de los extranjeros y su fraternal acogida,
• la oposición al dominio ejercido por el dinero,
• la autoridad ejercida como servicio al bien común,
• el protagonismo de la sociedad civil (principio de subsidiariedad),
• la preferencia por métodos pacíficos y el diálogo en la búsqueda de la paz.

Es a los mismos servidores públicos, a las autoridades, dirigentes políticos y en esta etapa electoral de un modo especial a los candidatos, a quienes corresponde la tarea de dar un primer paso para dignificar su vocación de servicio. Este país necesita escuelas de buena política, lecciones de convivencia cívica, de amistad fraterna. ¿Qué estamos haciendo para mejorar nuestra educación política desde las universidades, los centros de estudio, los partidos políticos, las instituciones sociales y religiosas?

Es necesario y urgente re-encantar a las nuevas generaciones a la valoración y nobleza de la vocación política y del servicio público. A hacerles comprender de manera vital que “vale la pena trabajar por una sociedad más justa, que vale la pena defender al inocente, al oprimido y al pobre, que vale la pena sufrir para atenuar el sufrimiento de los demás” (Juan Pablo II, Santiago de Chile, 2 de abril de 1987). A que hagan vida aquellas hermosas y proféticas palabras que les dijera Juan Pablo II en Chile: “El futuro de la justicia, el futuro de la paz, pasa por tus manos y surge desde lo profundo de tu corazón. Sé protagonista en la construcción de una nueva convivencia, de una sociedad más justa, sana y fraterna”.

En camino al Bicentenario de la independencia nacional, tenemos un desafío que nos llena de esperanza. Consagrar la vida a servir al bien común de la sociedad, en especial a los más desvalidos, es una meta buena y noble. A los niños y jóvenes de Chile que miran con interés y entusiasmo hacia las sedes del Gobierno y los poderes del Estado, les invitamos a seguir admirando esta noble vocación de servicio público. A quienes la ejercen, les pedimos coherencia y consecuencia en la delicada y trascendente misión que les compete. Y a todos quienes decidimos y aportamos con un voto, con una opinión, sobre el caminar de nuestro Chile, nos corresponde actuar con madurez cívica, a informarnos y formarnos adecuadamente, a ejercer nuestros derechos con la misma fuerza que asumimos nuestros deberes y responsabilidades. Porque la autoridad es un servicio, y esta patria es de todos.

A Jesucristo, Señor y salvador de todos, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua





lunes, 8 de septiembre de 2008

MILAGROS


NO DEBEMOS CREER EN LOS MILAGROS,
DEBEMOS CONTAR CON ELLOS.

viernes, 5 de septiembre de 2008

JESUCRISTO ES NUESTRO MAYOR TESORO


Entrevista al Cardenal Francisco Javier Errázuriz:

Parte 1, lo personal: “Ser Obispo de una Diócesis como Santiago es una tarea muy hermosa”
1. En lo personal, ¿cuál es su ánimo al llegar a los 75 años realizando una labor tan importante como Pastor de la Iglesia de Santiago?
Siento una profunda gratitud por estos años como Pastor de la Iglesia de Santiago. Ser Obispo de una Diócesis como Santiago es una tarea muy hermosa. Los días se llenan de encuentros constructivos, para hacer que la Iglesia sea casa y escuela de comunión, para acoger los carismas que Dios le entrega, para impulsar con mayor fuerza la formación de discípulos misioneros de Jesucristo, para alentar más iniciativas y proyectos a favor de los más necesitados, y en general, a favor de nuestro pueblo. Además las celebraciones litúrgicas en parroquias, capillas, movimientos apostólicos y colegios son una nueva fuente de alegría. La misión de un Pastor lo lleva a un encuentro más profundo y personal con Jesucristo. Nuestra oración, nuestra meditación y nuestra predicación esta centrada en Él. He experimentado día a día que el evangelio es realmente una Buena Noticia para mí, para las comunidades y para todos los que acercan a Jesucristo. En fin, sería larga la lista que debiera hacer con los motivos de gratitud. Naturalmente no han faltado preocupaciones y algunas circunstancias difíciles, pero de modo alguno logran opacar el gran reconocimiento que le guardo a Dios y a los hermanos. En fin, como digo, lo que más siento es gratitud.

2. Luego de presentar personalmente su renuncia al Papa, dando así curso a lo que establece el Derecho Canónico. ¿Qué es lo que viene ahora para usted?
Efectivamente, el día 31 de agosto le entregué al Santo Padre la carta con la renuncia al cargo de Arzobispo de Santiago como lo establece el Derecho Canónico. Estoy muy de acuerdo con esa norma. Lo que más importa es el bien de la Iglesia y de quienes buscan a Dios. Naturalmente, mientras el Santo Padre no acepte la renuncia y nombre a un sucesor, la tarea sigue siendo la misma. Es cierto, no conviene emprender iniciativas cuya realización en el tiempo ocurrirá en un futuro mediano o lejano. Pero la dedicación a los sacerdotes, a los laicos, a la vida religiosa, a las comunidades, al bien del país seguirá siendo igual que antes.

3. Reportajes en diversos medios de comunicación han especulado sobre su sucesión en la Arquidiócesis. ¿Qué opina de estas informaciones?
Efectivamente, la palabra exacta es hablar de especulaciones. No existen rivalidades, como se ha escrito, tampoco lobby para ser el nombrado. Entre los obispos, al menos en nuestro tiempo, nadie busca mayores responsabilidades, o mayor “poder”. Para nosotros ser Pastor es realmente un servicio. El Santo Padre lo encomienda a la persona que él considera más apta para las circunstancias que vive la Iglesia en un tiempo y en una diócesis determinada. Lo hace después de consultar la opinión de un gran número de obispos y de laicos. Normalmente estas consultas comienzan pocos meses antes de la fecha que él determina para la sucesión. No comienzan cuando se ve en el horizonte que una persona está llegando a los 75 años, ni siquiera el día en que se presenta la renuncia. Por ahora, sólo hemos leído especulaciones.

4. También se ha especulado respecto a su estado de su salud. ¿Qué le puede decir al respecto a los fieles de la arquidiócesis y a la comunidad en general?
Gracias a Dios, los exámenes de sangre ya no delatan los síntomas de la enfermedad que se detectó (irritación arterial). Las medidas actuales son más bien para prevenir. Fue un tiempo en que pude compartir con muchos enfermos el desconcierto que se da ante enfermedades poco frecuentes, cuyo remedios pueden provocar otras enfermedades. Son situaciones que invitan a abandonarse totalmente a los designios misteriosos de Dios, lo que hace mucho bien.

Parte 2, lo pastoral: Iglesia de comunión y participación
5. A su juicio, ¿cuáles son las principales fortalezas y la mayor debilidad de la Iglesia de Santiago que durante diez años le ha tocado conducir?
Una gran fortaleza de la Iglesia en Santiago ha sido la de vivir, de manera creciente, en comunión y participación. Me refiero a la comunión con Dios, que se expresa en la oración y la adoración al Santísimo, las celebraciones eucarísticas, celebradas con mucha alegría e interioridad, los retiros espirituales, el creciente lugar que ocupa la lectura orante de las Escrituras, el profundo amor a la Virgen y a nuestros santos, las peregrinaciones a los santuarios, el rezo del santo rosario, etc. Se expresa de manera privilegiada la comunión con Dios en la comunión y la reconciliación con los hermanos, en el servicio a los más marginados y desvalidos, y en el compromiso, aún débil, con la Doctrina Social de la Iglesia. Ha crecido la comunión en la Iglesia mediante el acogimiento de muchos movimientos, que se remontan a la originalidad de un carisma, es decir, de un don de Dios para la edificación de la Iglesia y para el bien de la sociedad. También se han desarrollado los consejos pastorales y los consejos de asuntos económicos en las diferentes comunidades de la Iglesia, como expresión de corresponsabilidad y comunión. Con ello se ha ensanchado el campo de participación de los laicos en la vida de la Iglesia y su corresponsabilidad por la misión del Pueblo de Dios. Ha crecido también el espíritu misionero, que quiere incorporar a una comunión más profunda a personas y comunidades que han estado lejos de la vida de la Iglesia, sin haber perdido sin embargo su fe. Otra fortaleza son las instancias de formación, a la cual recurren espontáneamente los laicos para crecer en la fe. Pienso en las escuelas de verano e invierno, donde asisten a cursos unos 15 mil catequistas, pienso en el Instituto Pastoral Apóstol Santiago, y recuerdo con gratitud todas las iniciativas que ofrecen las universidades católicas y otras instituciones. La mayor debilidad está tal vez en no haber sabido llegar con el anuncio del Evangelio a muchos bautizados que han perdido su contacto vivo con las comunidades de la Iglesia, pero que aman a Jesucristo, que le tienen una gran devoción a la Virgen María, y que tratan de vivir conforme a las enseñanzas del Señor. También es una gran debilidad el hecho de no tener tantas vocaciones al sacerdocio como sería necesario para responder a las necesidades pastorales. Gracias a Dios, se han despertado muchas vocaciones al Diaconado Permanente, las que han sido una gran ayuda en el servicio pastoral.

6. Durante su gobierno episcopal han tenido lugar hitos muy importantes que han marcado a los católicos de este tiempo, como el Encuentro Continental de Jóvenes en 1998, el Gran Jubileo del año 2000 y la canonización del Padre Hurtado el 2005. ¿Cuál es la herencia de estos acontecimientos para la Iglesia?
En realidad, el hito más determinante en el trabajo pastoral de estos años fue el Noveno Sínodo de Santiago, cuyas conclusiones fueron aprobadas por el Cardenal don Carlos Oviedo tres meses antes de renunciar a su misión pastoral por motivos de salud. Puse todo mi empeño en conducir a la diócesis, con la buena colaboración de los Vicarios Episcopales, por los caminos señalados por el Sínodo: caminos de espiritualidad, de comunión y solidaridad, de evangelización.
Al Encuentro Continental de Jóvenes había que subirse al galope. La preparación estaba en su fase final. Gracias a Dios, el equipo que lo preparaba era muy bueno. Como los encuentros de jóvenes de Sydney, de Colonia, de Toronto, de Roma y tantos otros, la alegría de los jóvenes que llegaron y de quienes los recibieron, incluyendo a las familias que los acogían, inundó nuestra ciudad. Las parroquias se llenaron de una juventud llena de esperanza, con proyectos de futuro y con anhelos de santidad. El Encuentro Continental fue un gran impulso para la pastoral también en otros países, y para un encuentro más fraterno entre los jóvenes de países que han tenido dificultades y aun guerras en el pasado.
El Gran Jubileo del año 2000, y la Carta Apostólica que envió el Papa al término del Jubileo, fueron nuevos impulsos en el camino señalado por el Noveno Sínodo de Santiago. Son inolvidables las palabras con las cuales el Papa describió la experiencia del Gran Jubileo como encuentro con Jesucristo, de mucha comunión, que invitaba a la fantasía de la caridad. Inolvidable fue el encuentro mundial de la juventud en Tor Vergata, con esa gran delegación de jóvenes chilenos, siendo el símbolo de su presencia en Roma no sólo el mar de banderas chilenas, sino también esa bandera que una joven le entregó al Papa en plena plaza San Pedro. Al atardecer de ese sábado, a los chilenos nos emocionó escuchar con el Santo Padre el canto de Violeta Parra: Gracias a la vida. Recuerdo los temas de las catequesis, como aquella que alentaba a los jóvenes a ser los Santos del Nuevo Milenio.
Otras tantas horas de bendición fueron la canonización de Sor Teresa de Los Andes, y después de San Alberto Hurtado. Las vivimos en Roma y en todo Chile. Entró la Iglesia chilena en una nueva etapa de su vida: la de contar con santos nacidos en nuestra patria. Como herencia de estas canonizaciones quedó la amplitud de un horizonte abierto al cielo de la santidad, la importancia de la renuncia, la entrega y la cruz, pero asumidas con alegría y con voluntad de ayudar a los hermanos. Asimismo, no podremos olvidar nunca en nuestra patria el ejemplo del Padre Hurtado: la fuerza de su amor a Jesucristo, que lo condujo a su admirable compromiso con los más abandonados, que nos invita permanentemente a vivir de manera heroica nuestra vocación cristiana: con una fe muy firme en Jesucristo y en su Evangelio, con un gran cariño a la Virgen María, con la certeza de ser peregrinos hacia el cielo, y con un amor ilimitado, que no conoce fronteras ni escatima sacrificios, para entregarse a los demás.

7. En estos diez años a la cabeza de la arquidiócesis también ha vivido momentos dolorosos ¿Qué le dejaron estas situaciones de dolor pensando en el futuro de la Iglesia?
Son numerosas y variadas las circunstancias dolorosas que la Iglesia tuvo que enfrentar. Algunas, unas pocas, han sido por actuaciones de sacerdotes. Otras, más frecuentes, por incoherencias de laicos, ya sea en el seno de sus familias, en iniciativas comunicacionales o legislativas, en situaciones injustas en el mundo laboral, en resistencias a pedir perdón o a perdonar, etc. Es claro, los medios de comunicación han puesto un mayor énfasis en aquellas situaciones que en el pasado no aparecían a la luz pública, ya sea en delitos cometidos por sacerdotes, o en declaraciones imprudente hechas por algún sacerdote. Lo más importante es no perder de vista el dolor de las víctimas, como también prevenir para que no vuelvan a ocurrir situaciones semejantes, si bien siempre pueden ocurrir, debido a la fragilidad humana. Pero no se trata de situaciones habituales y frecuentes. En lo que se refiere a los sacerdotes, seguiremos siendo muy cuidadosos en la selección de los candidatos al sacerdocio, buscaremos siempre los mejores formadores para los seminarios, y promoveremos el apoyo mutuo que debe existir entre los sacerdotes, de manera que no caigan en la soledad que no conduce a Dios, sino deprime. Los sacerdotes gozan de la estima de la gente. Todos quieren encontrar en ellos a hombres de Dios, a personas que se han consagrado a él para dedicar toda su vida al amor a Dios y al servicio de sus hermanos, sobre todo de los más afligidos.

8. La V Conferencia de los Obispos de América y El Caribe, que a Usted le correspondió preparar y organizar, ha llamado a realizar una gran Misión Continental con la finalidad de comprometer a los católicos en la misión evangelizadora de la Iglesia, convirtiéndose en verdaderos discípulos misioneros. ¿Cómo debieran ser los misioneros que necesita Santiago, esta gran urbe, para el siglo XXI?
La Conferencia de los Obispos en Aparecida se convirtió también para mí en un motivo de profunda gratitud y alegría. Todavía recuerdo el espíritu que animaba a sus participantes, las hermosas liturgias en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida, y el espíritu visionario de los Obispos, de los laicos y sacerdotes que se reunieron para dar una respuesta pastoral de inmenso valor y de profundas raíces en el Evangelio a las situaciones que viven nuestros pueblos. Quisimos concluir la V Conferencia no con un documento escrito, sino con una gran acción evangelizadora que implicará un despertar misionero y permanente en todos los católicos en América Latina y las islas del Caribe.
En todo Chile vamos a dedicar todo el próximo año a la formación de los misioneros. Queremos que todos los bautizados que participan en comunidades de la Iglesia tomen conciencia de su vocación misionera y se preparen para misionar en los años siguientes. Ser misioneros, en primer lugar, es comunicar a otros el encuentro que uno mismo ha tenido con Jesucristo nuestro Señor, un encuentro que se ha convertido en el mayor tesoro de nuestra vida. Quisiéramos compartir esa alegría, esa gratitud, ese encuentro con Jesús. Por eso, buena parte del próximo año la dedicaremos a ir al encuentro del Señor en los distintos lugares de encuentro con Él: en la Biblia, sobre todo en los evangelios, en las celebraciones eucarísticas, en la peregrinaciones, en el amor a la Virgen María, en el servicio a los pobres, en ese lugar de encuentro que es la familia, y en la vida de comunidad, ya que donde dos o más se reúnen en su nombre, él está en medio de ellos.
El mismo Papa nos dijo que somos misioneros en primer lugar por la atracción que ejerce nuestra manera de vivir, de servir, de orar, de amar a los demás. Con el ardor del encuentro con el Señor, con un gran respeto ante las búsquedas de cada uno de nuestros contemporáneos, queremos que los misioneros compartan la gracia inmensa que han recibido de encontrarse con Jesús.

9. El documento de Aparecida también llama a renovar las estructuras de la Iglesia, como la parroquia, por ejemplo. ¿Está la parroquia en crisis?
No diría que las parroquias estén en crisis. Por el contrario, si comparo la vida parroquial en Santiago y en las otras diócesis de Chile -con tantas iniciativas litúrgicas, sociales, de catequesis, de preparación para el bautismo, el matrimonio, la primera comunión, la confirmación, con grupos de pastoral vocacional, etc.- con la parroquias que conocí cuando era joven, y con parroquias de otros países del mundo, encuentro que las nuestras tienen gran vitalidad. Con eso no está dicho que nuestras parroquias no puedan profundizar su espíritu de comunión, no puedan ser más solidarias con la gente que está en mayor necesidad, no puedan ser más fraternas con otras comunidades cristianas, y no puedan desplegar mejor su capacidad de ser escuelas de discípulos misioneros de Jesucristo. Es lo que más queremos. Lo esperamos como un fruto de la Misión Continental.

Parte 3, lo social: “Mirar a los ojos el cambio de época”
10. La sociedad chilena esta viviendo un importante cambio cultural, producto, entre otras cosas, de la globalización en que estamos insertos. ¿Qué de positivo y negativo tienen a su parecer estos cambios culturales?
No es fácil dar una respuesta a algo tan global en una entrevista tan breve. Es cierto que vivimos una etapa decisiva de nuestra historia, en parte debido a la globalización. El conocimiento y la interacción con otros sistemas de valores –que a veces nos atraen y seducen con sus grandes ofertas, y a veces llegan cargados de signos de una cultura de la desgracia y de la muerte, que endiosa la violencia y otras desviaciones nocivas para la convivencia social- provocan en nuestros países latinoamericanos una vacilación en lo que se refiere a su herencia cultural. Es más, no faltan tampoco quienes quieren ejercer una poderosa influencia para que este cambio sea acelerado, reproduzca tendencias de otros países, también tendencias decadentes, y ocurra negando valores que han distinguido a nuestros pueblos. Entre estos valores me refiero, por ejemplo, al respeto a la vida, a la estabilidad del matrimonio, a la identidad sexual, al valor de la maternidad, a la honestidad en el trabajo, a la sobriedad de vida, a la solidaridad, más allá de todo afán individualista o competitivo. El mismo hecho de vivir en una encrucijada, en la cual no tienen futuro los valores que se transmiten sólo por tradición, si no son asumidos con convicción y de manera personal, nos exige tomar opciones claras. Precisamente mirar a los ojos el cambio de época que vivimos, es un gran desafío. No podemos quedarnos dormidos. Los tiempos que corren exigen una decisión personal tanto acerca de la propia manera de vivir como del tipo de sociedad que queremos formar. Esta necesidad de optar, que desafía a los papás en su familia, a los jóvenes y los trabajadores, a los educadores, los políticos y los comunicadores sociales, es de gran importancia.
A los que estamos convencidos de que el Evangelio es buena noticia para la sociedad de todos los tiempos, nos corresponde presentar esta opción como un camino atrayente, abierto por nuestro Señor Jesucristo, que nos amó hasta el extremo y nos propuso permanecer en su amor y en su paz. Su camino nos da vida, nos ayuda a cargar con nuestros sufrimientos, y nos acerca a la verdad y la felicidad. Nos hace solidarios y despliega nuestra capacidad de orar y contemplar, de formar comunidad y de servir. Éste es un desafío que nos plantea la globalización cultural. Enfrentarlo y optar con libertad y convicción personal por lo que es bueno y ayuda a los demás, es algo sumamente positivo.

11. ¿Cómo explica usted que muchos valores que la Iglesia promueve y defiende, como por ejemplo en temas de moral sexual, no cuentan con la adhesión que se esperaría de una sociedad que mayoritariamente se declara católica? ¿Ha fallado acaso la formación desde la Iglesia?
El tema es más amplio. No se trata sólo de la moral sexual, se trata del derecho a la vida, del derecho a tener una familia estable y de tantos otros derechos. En la historia de los pueblos a veces ocurre que en ellos se abren espacio tendencias que son contrarias a la ética. En el tiempo actual esas tendencia son alimentadas fuertemente por ciertos programas comunicacionales, sobre todo a través de la televisión. Pueden ser tendencia que incita a la violencia y la deslealtad, también a la ganancia desmedida; o tendencias que impulsan un individualismo y egoísmo inaceptables, que favorecen el ejercicio desenfrenado de los apetitos, tales como el apetito sexual, la sed de beber alcohol sin medida, o de consumir drogas, lo que es un atentado contra quien ha caído en tal adicción, etc. En tales situaciones, las personas fácilmente no siguen principios morales favorables a su felicidad y a su desarrollo personal, y se hace mucho más difícil la tarea de educar en la familia y en la escuela, la adhesión a una sana moral.

12. Las desigualdades sociales han estado también en el centro de preocupación de la Iglesia. ¿Cuán cerca estamos de reducir la brecha entre ricos y pobres?
Me atrevo a pensar que estamos más cerca que antes. En efecto, todos los grupos que dirigen la sociedad tienen conciencia de este problema. No hay ningún partido político que no se haya propuesto extirpar la miseria y reducir considerablemente la pobreza. Son numerosos los empresarios que asumen una verdadera responsabilidad social en su empresa, considerando que el bienestar del trabajador y de su familia es algo del todo necesario, también para el rendimiento de la empresa, siendo éste, el así llamado “capital social”, su recurso más importante. Cuando el Presidente de la Conferencia Episcopal habló del “salario ético”, en un primer momento se escucharon voces contrarias. Actualmente casi no se escuchan voces contrarias, después de que se ha entendido el sentido de sus palabras. No estaba propiciando que se impusiera por ley ninguna cifra. Estaba hablándole a la conciencia de quienes pagan salarios, ya sea en empresas estatales o privadas, para que, en la medida de lo posible, remunerasen el trabajo de manera que las familias de los trabajadores puedan vivir dignamente.

13. Respecto a la educación, Chile vive un momento clave con la tramitación de la LGE en el Senado. ¿Se explica las razones del rechazo que ha recibido este proyecto de ley, consensuado con los partidos?
Las personas que han estudiado la LOCE y la LGE, concuerdan en valorar el avance que representa este último proyecto de ley sobre el anterior. El malestar ha venido mucho más porque esta nueva ley, que es una ley marco, no pretende resolver los problemas que deben ser abordados por otras leyes, por ejemplo, los éxitos y fracasos del sistema de enseñanza municipalizada, la reforma que debe hacérsele, las medidas que deben tomarse para mejorar la calidad de la docencia, sobre todo en los establecimientos subvencionados y estatales. Porque no ven que estos problemas ya estén resueltos en la LGE, reclaman contra ésta, sin descubrir sus ventajas sobre la LOCE, y sin focalizar las energías en la elaboración de las nuevas leyes que habrán de responder a los demás problemas.

14. La familia es uno de los pilares fundamentales de la sociedad en esta época de transformaciones, y es así como la aprobación de la ley de divorcio ha sido un gran dolor para la Iglesia. ¿Cómo debieran los católicos fortalecer la vida familiar y matrimonial? ¿Qué hace la Iglesia por apoyarlos?
La Ley de Matrimonio Civil, que contempla la disolución del vínculo, incluyendo el divorcio unilateral, plantea a la Iglesia ante un gran desafío. Ella propone el matrimonio como un sacramento en el cual los esposos se comprometen a amarse de la manera como Dios ama a los seres humanos y como Cristo ama la Iglesia, es decir, con un amor fiel, que supera las expectativas del otro porque es capaz de perdonar, de ser gratuito y sobreabundante, y de dar a los hijos un amor incondicional, que incluye su educación, siempre preocupado por el bien del cónyuge y de los hijos. Es claro, esta manera de contraer el matrimonio lo hace estable, lo hace un santuario de la vida y la felicidad, lo hace un espacio interior en el cual está presente Dios y el amor a los más débiles. Esta forma de contraer matrimonio corresponde a lo que Dios instauró en la humanidad desde un comienzo, y con mayor fuerza desde la venida de Jesucristo. Es una alianza entre los esposos que implica renuncias y sacrificios, pero que colma de paz el hogar, de respaldo familiar, de felicidad y de amistad a cada miembro de la familia, que enseña a ser ciudadanos comprometidos con el bien de los demás, capaces de construir la paz. Precisamente en los colegios católicos tratamos de formar a todos los estudiantes para que sean capaces de asumir este proyecto que es un camino de Dios, y de vivirlo en plenitud. También en todo el trabajo pastoral de la Iglesia buscamos salir al encuentro de los jóvenes para ofrecérselo, para prepararlos al matrimonio y apoyarlos en su vida matrimonial. Gracias a Dios, colaboran en este empeño numerosos movimientos de la Iglesia que buscan el bien de las familias. Aun existe un movimiento para aquellos esposos cuya convivencia fracasó por los problemas que surgieron entre ellos, y que se separaron, si bien quisieran reiniciar la relación entre ellos. Exitosamente este movimiento los conduce a una renovación fecunda de sus promesas matrimoniales.

15. Con el reciente compromiso de los partidos políticos por una amistad cívica se avanza en el pacto social planteado por los Obispos el año pasado. ¿Cómo espera que transcurran las próximas elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales?
Fue notable el compromiso que firmaron los presidentes de los partidos políticos a favor de un trato mutuo que fomente la amistad y la confianza cívicas. Son primeros pasos. Esperamos que ellos involucren a las bases de los partidos políticos, sobre todo a los candidatos que van a las elecciones municipales, parlamentarias y, más adelante, presidenciales. Dependerá de los mismos partidos mantener vivo este espíritu y suscitarlo en sus candidatos. Sin lugar a dudas este compromiso puede ser ampliado, abarcando otros ámbitos de la actividad política. También sería importante que los medios de comunicación sellen un pacto con los principales responsables de la política, de manera que ambos colaboren en muchos campos, procurando el bien del país.

16. ¿Cómo ha sentido, desde su misión de pastor en esta gran ciudad, el sufrimiento de tantos santiaguinos con las serias dificultades que aún viven diariamente en el sistema de transporte público? ¿Qué podría decir desde la Iglesia a esta realidad?
De mi parte sólo le deseo éxito al Ministro René Cortázar en sus esfuerzos por mejorar el sistema de transporte público en Santiago. El sistema ha hecho progresos, pero debe seguir mejorando. Fue un propósito equivocado haber querido organizar todo el transporte público de Santiago, que había crecido de manera espontánea, buscando las necesidades de los santiaguinos en los diferentes barrios, desde una oficina de planificación, e implementar todo el plan de manera simultánea y sin los elementos necesarios. Pero eso no significa que no había que abordar y solucionar problemas del sistema anterior, ya sea el de la contaminación de la atmósfera, el desorden de los recorridos, el atochamiento que provocaba en ciertas calles, etc. Había que abordar ese tema. Pero, ¿no será mejor un sistema mixto, que contemple una planificación centralizada, sin excluir ámbitos de iniciativas privadas? Así ocurre con el Transmilenium en Bogotá. Lo más importante, lo que más queremos, es el bien de los trabajadores y de sus familias. El mejoramiento del trasporte público es algo prioritario. Es un servicio que se presta a los usuarios. Que sea un buen servicio. Los trabajadores no pueden perder un tiempo enorme en el camino a sus lugares de trabajo, ni regresar a sus hogares agotados de cansancio por las deficiencias del transporte público, impidiéndoles preocuparse de sus hijos como ellos quisieran.

17. ¿Cree que el país está reconciliado luego de 20 años de democracia?
Pienso que el país esta más reconciliado que hace 20 años. Sin embargo, el proceso de reconciliación no solo jurídico sino también personal, que incluye tanto la justicia y la verdad como el perdón y la generosidad, no ha concluido. Todavía falta camino por recorrer. Es algo importante dar nuevos pasos, en uno y otro sentido, de tal manera que cuando Chile celebre su Bicentenario, sea un país más reconciliado.


18. ¿Qué regalo anhela usted para el Chile del Bicentenario?
Que apreciemos cada vez más a Jesucristo y su Evangelio como nuestro mayor tesoro, y que lo acojamos de corazón, como lo hizo la Virgen María, de manera que sea fuente de confianza en Dios, de alegría y de equidad, de espíritu de oración y de solidaridad, de compromiso con los más afligidos, de reconciliación y de paz.


domingo, 31 de agosto de 2008

MI COMPROMISO DE ORACION

Mi compromiso de oración por las estudiantes del Colegio Cumbres, fallecidas el día Viernes recién pasado.

Mi compromiso de oración por sus Padres, Hermanos, Familiares, Colegio y Amigos.

Desde Mirada Católica, mi sentimiento de pesar y mi convenciniento Cristiano de que, estas jóvenes estan junto a Nuestro Señor y Sakvador;


  • BERNARDITA BARROS VIAL
  • ELISA CONTRERAS
  • M. DE LOS ÁNGELES COSTA ARTEAGA
  • TRINIDAD DE LA CARRERA
  • MAGDALENA ECHEVERRÍA
  • VALENTINA ERRÁZURIZ G.
  • ELOÍSA GARREAUD
  • MAGDALENA RODRÍGUEZ HERMOSILLA
  • BERNARDITA VALENZUELA PRADO

Con afecto;

Christian Gautier Vallette

viernes, 15 de agosto de 2008

ASUNCION DE NUESTRA SEÑORA

El Papa Benedicto XVI celebró una Misa por la solemnidad de la Asunción de la Virgen María y recordó que con este acontecimiento "único y extraordinario" los hombres pueden descubrir que el cielo "no está lejos de nosotros".
Desde la iglesia de Santo Tomás de Villanueva de Castelgandolfo, el Papa señaló que ante la falsa alegría y el dolor que inunda el mundo, debemos aprender de María a convertirnos en signo de esperanza y de consolación anunciando la Resurrección de Cristo.

"Ante el triste espectáculo de tantas falsas alegrías y de tanto dolor que inunda el mundo, debemos aprender de María a convertirnos en signos de esperanza y de consolación, debemos anunciar en nuestra vida la Resurrección de Cristo", indicó.
El Papa señaló que la Asunción al cielo de María en cuerpo y alma, es "señal de esperanza segura y consolación" para todos nosotros. Se trata de "la fiesta mariana más antigua", y una ocasión para ascender con María a las alturas del Espíritu donde se respira el aire puro de la vida sobrenatural y se contempla la belleza más auténtica, que es la santidad.

"La fiesta de hoy nos impulsa a elevar la mirada hacia el cielo. No hacia un cielo hecho de ideas abstractas, o un cielo imaginario creado por el arte, sino el cielo de la verdadera realidad, que es Dios mismo. Dios es el cielo. Y Él es nuestra meta, la meta y la demora eterna de la que procedemos y a la que nos encaminamos", agregó.

El Santo Padre precisó que "como Él (Jesús), junto a Él, ha salido de este mundo para volver a la casa del Padre. Y todo esto no está lejos de nosotros como podría parecer en un primer momento, porque todos nosotros somos hijos de Dios Padre, todos somos hermanos de Jesús, y todos nosotros somos también hijos de María, Madre nuestra. Y todos estamos proyectados hacia la felicidad. Y la felicidad a la que todos tendemos es Dios, así pues, todos nosotros caminamos hacia esta felicidad, que llamamos cielo, y que es Dios".

"¡Qué gran misterio de amor se nos propone hoy a nuestra contemplación! Cristo ha vencido la muerte con la omnipotencia de su amor -porque sólo el amor es omnipotente- y este amor le ha llevado a morir por nosotros y de esta manera a vencer la muerte. ¡Sí, sólo el amor deja entrar en el reino de la vida! Y María ha entrado detrás del Hijo, asociada a Su gloria, después de haber estado asociada a Su pasión. Ha entrado con ímpetu incontenible, manteniendo abierta, después de Ella, el camino para todos nosotros", manifestó.

Benedicto XVI pidió a María que nos acompañe "en la fatiga de nuestro vivir y morir cotidiano" manteniéndonos "constantemente orientados hacia la verdadera patria de la bienaventuranza".
Finalmente, señaló que "ante el triste espectáculo de tanta falsa alegría y al mismo tiempo de tanto dolor que inunda el mundo, debemos aprender de María a convertirnos en signos de esperanza y de consolación, debemos anunciar en nuestra vida la Resurrección de Cristo".
FUENTE : ACI

martes, 22 de julio de 2008

OBISPO GOIC - UNA MIRADA CATOLICA


Monseñor Alejandro Goic: "Quien cree que en La Tirana hay paganismo, no entiende nada"

Con emotivas palabras de cariño, gratitud y alegría, abandonó el poblado de La Tirana monseñor Alejandro Goic Karmelic, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile. Durante tres días, el prelado participó en la Fiesta de la Virgen del Carmen que julio a julio congrega a miles de peregrinos en el Santuario de la pampina localidad nortina.

A la festividad –que este año tuvo por lema "Discípulos y Testigos de la Solidaridad y la Caridad"-, fue invitado especialmente por el Obispo de Iquique, monseñor Marco Antonio Ordenes.
Antes de su partida de La Tirana, comentó lo que más le llamó la atención de la fiesta, adentrándose en aspectos de la liturgia y de la vivencia de fe propia de la piedad popular. Así mismo, remarcó el carácter humano del mensaje de Jesús y valoró la asistencia de la Presidenta Michelle Bachelet a la principal ceremonia de la festividad.
- ¿Cómo ha sido su experiencia en La Tirana? ¿Qué le ha parecido?
- Para mí ha sido una gracia de Dios. Había estado en 1980 y quedé admirado en aquella ocasión, pero al volver después de 28 años he comprobado un avance extraordinario en lo que significa la acción pastoral que se realiza en este Santuario: tanta gente dedicada a preparar hasta el mínimo detalle, las celebraciones y los signos, que realmente conmocionan por la fuerza catequética, pedagógica, que encierran.
Para mí fue una experiencia maravillosa y agradezco mucho a Dios haberla podido vivir, y a mi hermano, tan buen pastor de Iquique, Marco Ordenes, por invitarme.

- Al hablar de signos con fuerza catequética, ¿a qué se refiere?

- Por ejemplo, durante la Víspera y en el día central de la fiesta, sin quitarle ni un ápice a la liturgia católica de la eucaristía, se incorporaron -en distintos momentos de la misma- elementos y actos propios de los bailes religiosos, como en el Canto del Gloria una danza magnífica de las cuyacas incensando el altar. Después ocurrió lo mismo en el anuncio del Evangelio, cuando un caporal hizo una especie de pregón previo al Evangelio y luego una procesión encabezada por el diácono con el libro de los Evangelios en alto y compuesta por danzantes, se desplazó desde el centro de la plaza hacia el altar, pasando en medio de la multitud. Es una situación muy expectante, en el sentido de que viene algo especial, ¡y viene la palabra de Dios! Uno siente como eso conmociona a la multitud. Lo mismo sucede cuando en el canto del Santo el baile de los chunchos crea otra situación magnífica de alabanza.

- Fuera del templo, ¿qué le ha llamado la atención?

- El espectáculo religioso que se percibe, porque uno ve que los bailarines danzan y la gente que está los mira, goza del espectáculo multicolor, de la danza. Pero ellos están como orando, es decir, ellos no realizan su baile para lucirse, que es lo que normalmente ocurre en un carnaval, en un festival de música, de danza; no, ellos están haciendo un acto cultual.

Otro momento culminante, para mí y en relación al 80, fue el descenso de la Virgen el día de la misa Solemne. Antes se hacía dentro del templo y sólo lo veían los que podían entrar, pero ahora es afuera. Ahí se produce un despliegue de cintas que van desde la imagen hasta la gente en la plaza, creando una especie de ligazón física que quiere significar la unión con María.

Realmente es algo que impacta, que conmociona y que crea una sensación muy especial. Y el silencio. Anoche me impresionó el silencio que se produjo cuando el Obispo invitó a hacerlo antes y durante la misa. Que se logre un silencio tan religioso donde hay, no sé, 40, 50, 60 mil personas es otra cosa que me impactó profundamente.

- ¿Y tuvo ocasión de ver la fila de los peregrinos?

- Me impresiona también el fervor con que esperan ahí largas filas para llegar un momentito ante la imagen, tocar su manto y expresar sus súplicas, su agradecimiento.
Yo creo que toda la fiesta es una cosa extraordinaria. Los que a veces con tanta superficialidad hablan de que esto es paganismo, con todo el respeto que me merecen sus opiniones, creo que no entienden nada o se han dejado llevar a veces por los comentarios periodísticos superficiales. Aquí hay una vivencia de fe extraordinaria y además hay una preservación de la identidad cultural del pueblo del norte.

La piedad popular creo que es un don de Dios que, evidentemente, y que los pastores tienen que ir buscando caminos para ir evangelizándolas y llevándolas a lo esencial que es Cristo y el Evangelio, y aquí a mí a mi modo de ver han llegado a una síntesis que yo diría que está casi a la perfección. En otros santuarios, al menos, nosotros estamos intentándolo. Son los lugares en donde los más humildes especialmente se abren a lo trascendente y eso creo que tiene un valor inmenso y Aparecida así lo ha valorado, nuestras Orientaciones Pastorales lo mismo.

"Nada de lo humano es ajeno a la fe"

- ¿Se sintió acogido en La Tirana?

- Me he sentido acogido de una manera extraordinaria. Es increíble la fuerza de la imagen. Yo no tenía por qué ser conocido aquí en Iquique. He estado tres veces en mi vida, o sea, he pasado momentos muy fugaces. Pero por ser presidente de la Conferencia y por tener que hablar a veces ante las cámaras de televisión y decir algunas cosas, uno se hace más conocido y me ha impresionado, y lo digo con mucha humildad. La gente me saludaba y me agradecía por lo que he dicho en favor especialmente de los más pobres, de su mayor dignificación, de una sociedad más equitativa. O sea, uno se da cuenta la tremenda influencia de los medios de comunicación. Yo prácticamente soy un desconocido y, sin embargo, soy conocido por los medios de comunicación, particularmente la televisión.

- Por esas mismas impresiones que recibió, ¿considera que el mensaje que hace a favor de los pobres, interpelando siempre por la justicia social, es algo que la gente valora de la Iglesia en general?

- La verdadera evangelización es el anuncio de Jesucristo en las realidades humanas concretas. Nada de lo humano es ajeno a la fe. Y por lo tanto, yo he sido intérprete, por mi responsabilidad actual (en otros momentos fueron otros), y creo que estamos en el camino que nos corresponde. Es como dije en la homilía, comentando el texto de la Anunciación, para Dios nada es imposible. Ojalá de aquí al 2010, por lo menos se profundicen los caminos de una sociedad más reconciliada, una sociedad más dignificadora de cada ser humano, y una sociedad más solidaria, especialmente preocupada de los sectores más pobres y desposeídos.

Creo que ese mensaje llega porque es el mensaje de Cristo. Simplemente es un Evangelio que toca un poco la vida. En nuestras prédicas, tenemos que pedirle a Dios esa gracia. O sea, Dios no es ajeno a las realidades de este mundo, todo lo contrario. Nosotros no tenemos una postura partidista, eso le corresponde a los laicos, pero nosotros como pastores tenemos que iluminar la realidad desde la óptica del Evangelio, y comprometiéndonos claramente, como lo ha reafirmado Aparecida, en la opción preferencial por los más pobres.

Presidenta
- En otro ámbito, ¿qué le parece que haya asistido la presidenta de la República?
- Yo lo encuentro válido y también muy hermoso de parte de ella. La máxima autoridad del país tiene el evidente derecho de ir a saludar al pueblo que sirve en los lugares donde se junta, y ella consideró un deber llegar acá.
Alguien me preguntó si hay manipulación política; yo no lo veo así. Creo que ella es una mujer que está sirviendo a Chile con todas las dificultades que existen. Creo que tiene una muy noble intención, y creo también que debe haberle producido, y así lo dijo, un impacto emocional muy fuerte participar de una fiesta religiosa. Ella es una mujer que no tiene el don de la fe, pero creo que tiene valores muy profundos que coinciden mucho con los valores del Evangelio. Dios como quiera y cuando quiera... quizá también un día, pueda llegar a la fe. ¿Por qué no?
Fuente: Comunicaciones Iquique
iquique, 17/07/2008

sábado, 5 de julio de 2008

COMUNICACIONES SOCIALES



Estimado Señor Cardenal,
apreciados hermanos obispos y sacerdotes,
muy queridas hermanas y hermanos comunicadores

1. Con mucha alegría les saludo en esta ocasión en que la Iglesia celebra la Cuadragésima Segunda Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, oportunidad en que el Santo Padre nos ha invitado a reflexionar sobre el sentido de los medios de comunicación, en la encrucijada entre protagonismo y servicio.

2. En su mensaje, el Papa nos invita a “buscar la verdad para compartirla”. Y en este sentido hace hincapié en que los medios de comunicación pueden y deben ser instrumentos al servicio de un mundo más justo y solidario. La palabra “solidaridad”, que en sí contiene la respuesta que nuestra Iglesia propone frente a los desafíos de este mundo globalizado, esa palabra nos obliga a recordar un período de la historia de Chile que se vivió de una manera muy singular en este mismo lugar que hoy nos acoge.

3. Por estos edificios de la Iglesia de Santiago transitaron muchos hermanos nuestros en busca de un Buen Samaritano. La Vicaría de la Solidaridad recibió también en sus pasillos a muchos periodistas y comunicadores que, en una época difícil para la libertad de expresión, se convertían en testigos de una parte de la historia. Aquí se escribían además las páginas del periódico que llevaba el nombre de este valor cristiano: “Solidaridad”, y que sorteando mil escollos lograba ponernos al tanto de información fidedigna sobre lo que pasaba en Chile.

4. He querido recordar el pasado de este lugar porque lo que aquí se vivió no fue sino la expresión viva de una Iglesia que ha querido ser fiel a Jesucristo y al Evangelio. Por ser consecuentes entonces con lo que el Señor pedía a su Iglesia en una hora dramática para el país, sus pastores no siempre fueron comprendidos, y muchas veces recibieron un trato injusto de autoridades y también de algunos medios de comunicación. Cuando la vida, los derechos humanos y las libertades individuales estaban amenazadas, no podíamos callar, no podíamos dejar de ser refugio solidario. Algunos sacerdotes dieron la vida en ese afán. También algunos periodistas y comunicadores. A todos ellos los recordamos, en este día, en este lugar, con una oración al Padre de eterna bondad.

5. Pienso en cuánto hemos cambiado en tres décadas… cómo ha cambiado Chile, nuestra sociedad, sus valores y costumbres; cómo hemos cambiado la Iglesia y sus pastores, cómo han cambiado los medios de comunicación y sus profesionales. Indudablemente estamos muy lejos de las arbitrariedades y amenazas que se vivieron en aquél entonces. Pero nuestra sociedad está aún lejos del progreso humano y del desarrollo social que tanto afirmamos desear para nuestra patria.

6. Tampoco podemos callar hoy los obispos cuando se amenazan la vida humana, la dignidad de las personas, la vida familiar y las relaciones laborales; cuando se afecta al medio ambiente, se instala la violencia como algo cotidiano, se desconoce la identidad cultural de nuestros pueblos originarios y se propone el exitismo de una sociedad consumista como modelo de logro social. No es de extrañar, entonces, que tampoco hoy nuestra motivación evangélica sea bien comprendida por todos.

7. Por otra parte, sentimos que muchos periodistas y comunicadores siguen, como ayer, atrapados. Pero son distintas las mordazas: los vemos atrapados frente a las lógicas de algunos medios de comunicación prisioneros de los indicadores de sintonía, de tiraje o de visitas; rindiendo culto a unas supuestas exigencias del mercado, hipotecando sus principios editoriales, llenando páginas y minutos con contenidos banales, reduciendo el nivel del debate, exacerbando conflictos.

8. En este escenario, sentimos que es nuestro, como Iglesia, un deber de gratitud hacia los periodistas y comunicadores que comparten una fe común en Cristo. A ustedes, hermanos, que buscan la verdad para compartirla en la certeza de Aquél que es Verdad con mayúscula, Verdad que nos hace libres, a ustedes les expresamos nuestra cercanía. También les animamos para que sigan siendo consecuentes con los valores del Evangelio. Para que no olviden nunca que la misión del comunicador encuentra su sello trascendente cuando se orienta a la verdad, cuando promueve el respeto de la dignidad de las personas, cuando procura el bien común de todos, de un modo especial de los más pobres y vulnerables.

9. Que el Señor les bendiga a ustedes y a sus familias, que siempre son las primeras que sufren las consecuencias de una profesión que lamentablemente no respeta horario. Que bendiga sus actividades, y que conceda a este país la gracia de contar con medios de comunicación que contribuyan al progreso de la sociedad.



† Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile





miércoles, 2 de julio de 2008

MUERTE - RESURRECCION

ESTIMADOS (AS) :

LA ARQUITECTURA DEL PENSAMIENTO HUMANO ........- LAS CREENCIAS RELIGIOSAS .........PALIDECEN FRENTE A LA REALIDAD PRESENTE EN LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR - JESUS .

CON AFECTO

CHRISTIAN GAUTIER VALLETTE

jueves, 12 de junio de 2008

NELSON BAHAMONDES ROJAS

Con motivo del accidente aéreo, acaecido en el Sur de Chile, me permito hacer presente a su Familia , Amigos y Compañeros de trabajo, mi sentimiento de pesar, por el sensible fallecimiento de Don NELSON BAHAMONDES ROJAS.

Comprometo mi oración por el descanso eterno de su alma y la recesaría resignación cristiana de sus seres queridos.

Don NELSON BAHAMONDES ROJAS, nos ha enseñado con su vida lo que significa, cumplir con el deber y amar al prójimo
Con afecto y admiración;
Christian Gautier Vallette

miércoles, 11 de junio de 2008

PADRE JOSE KENTENICH


EL PADRE JOSE KENTENICH NOS DICE :

SERVÍ. Y MI RECOMPENSA FUE LA PAZ.

domingo, 1 de junio de 2008

CON CARIÑO Y RESPETO A CARABINEROS DE CHILE


A través de este medio de Comunicación, hacemos presente, a CARABINEROS DE CHILE y familias respectivas, nuestros sentimientos de pesar, ante los sensibles fallecimientos del General Director de Carabineros de Chile, Don JOSÉ ALEJANDRO BERNALES RAMÍREZ, señora TERESA BIANCHINI DE BERNALES, Teniente Coronel Don OSCAR MARIO TAPIA BACIGALUPO, señora CAROLINA REYES CRUZ, Teniente Coronel Don RICARDO JAVIER OROZCO UGALDE y Capitán Don MAURICIO ANTONIO FUENZALIDA AYALA,

Junto a lo anterior, comprometemos nuestra oración por el descanso eterno de sus almas y por la necesaria resignación Cristiana para todos sus seres queridos.

Christian Gautier Vallette Marianela Canales Carreño
Nicole, Rodolfo y Christian Gautier Canales

domingo, 18 de mayo de 2008

DIA DE LAS ENCICLICAS SOCIALES

ESTIMADOS (AS) :

Hace pocos días celebramos el Día de las Encíclicas Sociales. En la oportunidad, Monseñor Alejandro Goic Karmelic, Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, expuso el tema : "El aporte de la Enseñanza social de la Iglesia frente a los desafíos de la Equidad"

Comparto con Uds, la exposición señalada:


Estimados amigos y amigas,

Quisiera expresar mi gratitud al Departamento de Acción Social -DAS Nacional- y la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Chile, y a la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores del Arzobispado de Santiago, por la invitación a celebrar el Día de las Encíclicas Sociales con este encuentro "Cultura de la Solidaridad y Equidad: ¿Utopía o Proyecto Posible?".

Nuestra Iglesia está llamada a ser discípula misionera de Jesucristo. Ello implica “asumir evangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareas prioritarias que contribuyen a la dignificación de todo ser humano” (DA 384). Esto que se dice en Aparecida no es nuevo para nosotros, lo que nos desafía es hacerlo actual en medio de los profundos procesos de cambio que vive nuestra sociedad hoy.

Somos testigos de cómo se constituye una sociedad globalizada por la vía del desarrollo económico, tecnológico y de las comunicaciones, que muestra grandes progresos en algunos ámbitos del quehacer humano beneficiando a algunos sectores del planeta o de las sociedades nacionales. Y que, por otra parte, también presenta situaciones sociales, culturales y éticas inadmisibles que afectan a multitudes que quedan excluidas del desarrollo.

Estos procesos de cambio acelerado inciden directamente en la experiencia cotidiana de personas y comunidades, afectando sus condiciones y estilos de vida, las relaciones sociales y también el sentido trascendente, la relación con Dios y la vivencia de la fe.

Frente a este escenario, la Doctrina Social de la Iglesia ofrece principios rectores que tienen su centro en la Dignidad de la Persona Humana, hombre y mujer, fundada en el encuentro personal de Dios con el Hombre en la persona de Jesús.



La dignidad humana
El punto de partida de todo orden y forma de convivencia social es el reconocimiento de la dignidad de toda persona humana, dignidad que proviene de la condición de hijos e hijas de Dios, creados a su imagen y semejanza. Reconocer esta dignidad implica comprometerse con el respeto y promoción de los Derechos Humanos. Compromiso valorado por la Iglesia “como uno de los esfuerzos más relevantes para responder eficazmente a las exigencias imprescindibles de la dignidad humana” (Compendio de la DSI, 152). De allí que la organización social, las políticas públicas y el ordenamiento económico y político, deben incorporar esta perspectiva, que implica promover la dignidad humana a través del respeto de los DDHH concebidos integralmente, como eje transversal que marca toda la convivencia social.


El Principio Del Bien Común
“De la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas deriva, en primer lugar, el principio del bien común, al que debe referirse todo aspecto de la vida social para encontrar plenitud de sentido. Según una primera y vasta acepción, por bien común se entiende «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección».

El bien común no consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social. Siendo de todos y de cada uno es y permanece común, porque es indivisible y porque sólo juntos es posible alcanzarlo, acrecentarlo y custodiarlo, también en vistas al futuro. Como el actuar moral del individuo se realiza en el cumplimiento del bien, así el actuar social alcanza su plenitud en la realización del bien común. El bien común se puede considerar como la dimensión social y comunitaria del bien moral.” (Compendio DSI N° 164)

La responsabilidad de construir el bien común es una tarea de todas las personas y del Estado, porque el bien común es la razón de ser de la autoridad política. El Estado debe garantizar cohesión, unidad y organización a la sociedad civil de la que es expresión, de manera que se pueda lograr el bien común con la contribución de todos los ciudadanos. (…) El fin de la vida social es el bien común históricamente realizable”. (Compendio DSI N° 168)

El Destino Universal De Los Bienes
Un segundo principio que no siempre es bien conocido –ni asumido- pero que está ligado indisolublemente al Bien Común es el del destino universal de los bienes. Ya desde el libro del Génesis se nos enseña que “Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno. He ahí, pues, la raíz primera del destino universal de los bienes de la tierra. Ésta, por su misma fecundidad y capacidad de satisfacer las necesidades del hombre, es el primer don de Dios para el sustento de la vida humana”. (DSI 171)

La persona, en efecto, no puede prescindir de los bienes materiales que responden a sus necesidades primarias y constituyen las condiciones básicas para su existencia; estos bienes le son absolutamente indispensables para alimentarse y crecer, para comunicarse, para asociarse y para poder conseguir las más altas finalidades a que está llamada. (Compendio DSI 171)

La riqueza, como resultado de un proceso productivo en el uso de los recursos disponibles, puede y debe estar guiada “por la inventiva, por la capacidad de proyección, por el trabajo de los hombres, y debe ser empleado como medio útil para promover el bienestar de los hombres y de los pueblos y para impedir su exclusión y explotación.” DSI 174

El principio del destino universal de los bienes nos invita a cultivar una visión de la economía basada en valores que permitan tener siempre presente el origen y la finalidad de los bienes, ya que sólo así la creación de la riqueza pueda asumir una función positiva. Esto no es posible sin un esfuerzo común dirigido a obtener para cada persona y cada pueblo las condiciones necesarias de un desarrollo integral, de modo que todos puedan contribuir a la construcción de un mundo más humano, «donde cada uno pueda dar y recibir, y donde el progreso de unos no sea obstáculo para el desarrollo de otros ni un pretexto para su servidumbre».

El principio del destino universal de los bienes afirma, por una parte el pleno señorío de Dios sobre toda realidad, y por otra la exigencia de que los bienes de la creación sean destinados al desarrollo de todo el hombre y de la humanidad entera. Este principio no se opone al derecho de propiedad, sino que indica la necesidad de reglamentarlo. “La propiedad privada (…) es, en su esencia, sólo un instrumento para el respeto del principio del destino universal de los bienes, y por tanto, en último análisis, un medio y no un fin”. (Compendio N° 178.)

La Opción Por Los Pobres
El principio del destino universal de los bienes exige que se vele con particular solicitud por los pobres, por aquellos que se encuentran en situaciones de marginación y por las personas cuyas condiciones de vida les impiden un crecimiento adecuado. A este propósito se debe reafirmar, con toda su fuerza, la opción preferencial por los pobres.

La miseria humana es el signo evidente de la condición de debilidad del hombre y de su necesidad de salvación. De ella se compadeció Cristo Salvador, que se identificó con sus «hermanos más pequeños» (Mt 25, 40.45). «Jesucristo reconocerá a sus elegidos en lo que hayan hecho por los pobres. La buena nueva "anunciada a los pobres" (Mt 11,5; Lc 4,18) es el signo de la presencia de Cristo». (Compendio DSI 183)

La caridad hecha a los pobres es uno de los principales testimonios de amor fraterno; pero el amor fraterno no se puede reducir a la caridad como limosna, sino que implica atender a la dimensión social y política de la pobreza. Sobre esta relación entre caridad y justicia retorna constantemente la enseñanza de la Iglesia: “Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo. Más que realizar un acto de caridad, lo que hacemos es cumplir un deber de justicia”. (San Gregorio Magno, citado en el compendio DSI)

La Dignidad Del Trabajo Humano
Por otra parte, la Doctrina Social de la Iglesia ha tenido un especial cuidado por los derechos de los trabajadores que, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana y en su dignidad.

En especial, el Magisterio de la Iglesia ha considerado oportuno enunciar algunos de ellos, indicando la conveniencia de su reconocimiento en los ordenamientos jurídicos: el derecho a una justa remuneración; el derecho al descanso; el derecho a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral; el derecho a que sea salvaguardada la propia personalidad en el lugar de trabajo; el derecho a subsidios adecuados e indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados y de sus familias; el derecho a la pensión, así como a la seguridad social para la vejez, la enfermedad y en caso de accidentes relacionados con la prestación laboral; el derecho a previsiones sociales vinculadas a la maternidad; el derecho a reunirse y a asociarse. Estos derechos son frecuentemente desatendidos, como confirman los tristes fenómenos del trabajo infraremunerado, sin garantías ni representación adecuadas. Con frecuencia sucede que las condiciones de trabajo para hombres, mujeres y niños, especialmente en los países en vías de desarrollo, son tan inhumanas que ofenden su dignidad y dañan su salud. (Compendio DSI 301)


LOS DESAFIOS DE LA EQUIDAD EN EL ACTUAL ESCENARIO NACIONAL
Sin duda debemos reconocer importantes avances. Desde el inicio de la transición a la democracia, a principios de los años 90, Chile ha alcanzado logros significativos en materias políticas, económicas y sociales. Así lo demuestran indicadores como el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Según datos de la CEPAL
[1], a la fecha, Chile es el único país de América Latina que ya alcanzó el Objetivo del Milenio propuesto por las Naciones Unidas para el 2015 de reducir a la mitad la pobreza. Del mismo modo, el PNUD sitúa a Chile entre los países con alto desarrollo humano, ocupando el lugar 40 en el ranking que considera 177 países, y el segundo lugar en la región después de Argentina.[2]

Creemos importante en este ámbito resaltar el consenso existente en el país respecto a la necesidad de enfrentar la inequidad, creando espacios de diálogo para generar propuestas que nos ayuden a avanzar hacia un desarrollo más inclusivo. Este ha sido el trabajo realizado por el Consejo Asesor Presidencial sobre Equidad y Trabajo. Esperamos que sus propuestas efectivamente se conviertan en políticas públicas que contribuyan a la superación de las desigualdades y que aquellos aspectos en que no se logro acuerdo, especialmente en materias de institucionalidad laboral, sigan siendo materia de diálogo, pues es dificultoso encontrar cominos hacia una convivencia más equitativa sin considerar un fortalecimiento de la organización de los trabajadores.

En un marco en que existen aspectos muy positivos, a nuestro país se le siguen planteando desafíos serios en materias sociales:

1. Pobreza que disminuye pero que persiste
Reconociendo los avances experimentados por el país, desde amplios sectores políticos y organismos de la sociedad civil se plantean, sin embargo, cuestionamientos de fondo al modelo de desarrollo del país. En materias sociales estos cuestionamientos tienen que ver la persistencia de altos niveles de pobreza en un contexto de alto crecimiento económico. De acuerdo a los datos oficiales entregados por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica, CASEN 2006
[3], la pobreza cayó desde un 18.7% de la población en 2003 a un 13.7% en 2006; y los indigentes diminuyeron desde 4,7% a 3,2% en el mismo lapso.

El problema es que de acuerdo a las estimaciones de la Fundación para la Superación de la Pobreza, los pobres son muchos más que los reconocidos por las estadísticas oficiales porque el criterio con que se los ha medido, la llamada línea de pobreza, está obsoleta. En consecuencia, si bien la pobreza y la indigencia han disminuido, lo que nos alegra. Los niveles de pobreza e indigencia parecen ser mayores que lo que indican las cifras oficiales. En todo caso, sea cual sea la medición de la pobreza se trata de millones de pobres que nos interpelan, especialmente mujeres, niños y pueblos indígenas.

En la coyuntura actual se suma la preocupación por el impacto que ya está teniendo en la calidad de vida de los más pobres la crisis alimentaria mundial, que en un contexto globalizado también afecta a nuestro país. En efecto, las alzas sostenidas de precios de los alimentos ya está impactando la economía de las familias más pobres, cuyo presupuesto se destina en un alto porcentaje al consumo de alimentos. Los expertos señalan que por esta vía lamentablemente se producirá un alza en los niveles de pobreza, ya que como sabemos ésta se mide precisamente considerando una línea de ingresos que se establece a partir de una canasta básica de alimentos. Frente a ello, desde ya llamamos a las autoridades y a los actores del mundo económico a buscar alternativas para enfrentar adecuadamente este fenómeno.

2. Desigualdad
No obstante, el problema más sustantivo del país se refiere a lo que los obispos hemos denunciado como las “diferencias sociales (…que…) alcanzan niveles escandalosos”
[4], que caracterizan el desarrollo de la sociedad chilena como inequitativo, concentrador y excluyente. En los últimos años, y pese al aumento significativo del gasto social, la distribución de la riqueza ha mantenido una estructura extremadamente desigual: las cifras para el año 2006 indican que el 10% más rico de la población obtiene ingresos equivalentes a 31 veces más que los ingresos del 10% más pobre y que mientras el quintil más pobre de la población accede al 4.1% de los ingresos, el quintil más rico obtiene el 54.6% (coeficiente de GINI = 0.54).

Esta regresiva distribución de los ingresos es sólo una de las expresiones de una desigualdad estructural que también se manifiesta, entre otras realidades, en las oportunidades de acceso a educación de calidad, en las posibilidades de desarrollo de las diversas regiones de un país altamente centralizado, en la segregación urbana y en la inequidad que afecta a las mujeres. En definitiva, “Chile tiene una de las peores distribuciones del ingreso en un continente que tiene, a su vez, la peor distribución del mundo.”
[5]

3. Realidad Laboral
Pobreza y desigualdad se relacionan con las condiciones laborales vigentes en Chile. La desigualdad de ingresos chilena se vincula con las diferencias de remuneración del trabajo asalariado. Más de un millón de chilenos -1.066.454 personas entre asalariados y no asalariados- ganan una cifra inferior o igual al ingreso mínimo líquido
[6] y aún en los sectores más dinámicos de la economía, como el comercio y el forestal, predominan condiciones laborales precarias y adversas para los trabajadores, en términos del nivel de las remuneraciones, los horarios de trabajo, el acceso a previsión social, entre otras. Estas condiciones se ven agudizadas por la baja tasa de sindicalización, la debilidad de las organizaciones sindicales y una legislación que limita las posibilidades de negociación de los trabajadores.

4. El mundo político
En lo político, Chile vive una etapa de normalidad democrática. En el país incluso se han dado desarrollos significativos en este aspecto, que se reflejan en la elección, por primera vez en la historia chilena, de una mujer a la Presidencia de la República y en el surgimiento de una ciudadanía cada vez más crítica y exigente con las autoridades. No obstante, es posible afirmar que en Chile el proceso de democratización aún presenta debilidades. Como temas de fondo se puede afirmar que la “sustentabilidad y el rendimiento de la democracia chilena están desafiados, entre otras cosas, por la oligarquización de sus élites dirigentes y su débil renovación generacional, por sus débiles vínculos con la producción de conocimientos autónomos, por la debilidad en la formulación de proyectos de largo plazo, y por la transformación de los partidos en máquinas puramente electorales.”
[7]

Ello está asociado con el desprestigio de la clase política ante la población, como lo demuestran permanentemente los estudios de opinión pública, con su retracción a los espacios privados, con una baja adhesión a la democracia y un déficit de ciudadanía.

Efectivamente, según el Informe Latinobarómetro 2007
[8], entre los 18 países latinoamericanos, los que registran una mayor adhesión al sistema democrático son Costa Rica con un 83 por ciento, Uruguay (75%), Bolivia y Venezuela (67%) y Ecuador (65%). La media regional se sitúa en 54%. Chile en cambio presenta sólo un 46% de apoyo a la democracia y un aumento de 13 a 21% de quienes se manifiestan a favor del autoritarismo, situación que los autores del estudio atribuyen a la “mala distribución del ingreso y a la ausencia de movilidad social.”

El mismo Informe confirma la existencia de un débil desarrollo de la participación ciudadana. La participación política y social, más allá de la asistencia a votar, (junto a la preocupación por el medioambiente) constituye una materia de segundo orden en el concepto que tienen los latinoamericanos de ciudadanía (pág. 54). Los indicadores de participación ciudadana utilizados por el estudio sitúan a Chile bajo el promedio regional y, en algunos casos, en los últimos lugares. Por ejemplo, la participación en organizaciones políticas y sociales tiene escasa importancia. Mientras a nivel regional, un 31% de los ciudadanos no ha participado nunca en ningún tipo de organización, en Chile esta proporción se eleva al 45% de la población, la más alta junto a la de Ecuador (52%).

5. Medioambiente y Desarrollo Sustentable
Además de las debilidades de carácter sociopolítico, existen crecientes cuestionamientos al costo ecológico de las principales actividades de la economía chilena, como la minería, el sector forestal y el pesquero, todas con impactos medioambientales severos que generan consecuencias adversas en el entorno natural y social y conflictos medioambientales que afectan más gravemente a las comunidades pobres. La política y la institucionalidad medioambiental hasta ahora no han conseguido garantizar un desarrollo sostenible que resuelva los conflictos entre los requerimientos del crecimiento económico y el cuidado del medioambiente.

6. La convivencia cotidiana
Todos hemos sido testigos de un deterioro de la convivencia cotidiana entre los chilenos, que afecta principalmente a los espacios más íntimos. La violencia intrafamiliar, especialmente contra niños y mujeres; la violencia en los barrios y en los estadios, la violencia delictual, son expresiones de una convivencia que en algunos sectores se hace muy difícil. Requerimos reconstituir las confianzas y trabajar por proyectos inclusivos, en que nos respetemos y podamos construir un futuro con sentido de colaboración y fraternidad.

Junto con constatar estas dificultades, reconocemos las experiencias positivas de preocupación por el prójimo y el cuidado del medioambiente, el compromiso serio de muchos por el servicio honesto al Bien Común, las experiencias solidarias de muchos jóvenes, las iniciativas de tantos organismos que trabajan por el desarrollo integral. Todas ellas son signos de esperanza que no siempre son reconocidos por lo medios de comunicación y que pueden ser semilla de una forma de convivencia más fraterna.

Como Iglesia estamos llamados a colaborar en un desarrollo del país en que se promueva y respete la dignidad de cada persona, debemos hacernos cargo de estas realidades y para ello necesitamos contar con la participación de todos –hombres y mujeres- para “trabajar junto a los demás ciudadanos e instituciones en bien del ser humano” (DA 384).

Esperamos que estos desafíos estén presentes en el diseño de las políticas públicas, que sean contenido fundamental de los eventos electorales que se avecinan y que sean asumidos como tareas que interpelan también a la sociedad civil y al mundo empresarial, como responsabilidad nacional que cobra especial vigencia en el marco del Bicentenario de la Independencia Nacional, que nos preparamos a celebrar.

Para ello contamos con la riqueza y vigencia de las enseñanzas de la Encíclicas Sociales, que son fuente inspiradora y orientadora para avanzar hacia una cultura de la solidaridad y desarrollo humano integral, más justo e inclusivo.


Muchas gracias.



Santiago, 15 de mayo de 2008



[1] Panorama Social de América Latina y El Caribe, CEPAL, 2007.
[2] Informe Desarrollo Humano, PNUD, 2007.
[3] Encuesta CASEN 2006, MIDEPLAN 2007.
[4] Ver “Hemos visto al Señor…”. Declaración de la Asamblea Plenaria de Obispos, Punta de Tralca, 22 de abril de 2005.
[5] Güell, Pedro. Desarrollo Humano y Ciudadanía en Chile: Los nuevos desafíos. En POLIS, Revista On Line de la Universidad Bolivariana. Volumen 4, número 12 , 2005. Consultar en http://www.revistapolis.cl/12/guell.htm, pág. 5
[6] Encuesta CASEN 2006, MIDEPLAN 2007
[7] Güell, Pedro. Op. Cit. Pág. 2
[8] Disponible en www.latinobarometro.org