martes, 25 de diciembre de 2007

NAVIDAD



En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Ella estaba en el principio con Dios.
Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.
Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.

No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.

Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y clama: «Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.»

Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia.

Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.

A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.

Juan CAP. 1 - 1- 18
FELIZ NAVIDAD

sábado, 22 de diciembre de 2007

EL MISTERIO DE LA SALVACION

En la última Audiencia General de este año ( 19 de Diciembre ) celebrada en el Aula Pablo VI, el Papa Benedicto XVI señaló la grave necesidad de que el cristiano reafirme con fuerza el misterio de la salvación de la Navidad en medio de los hombres que al negar que la Verdad exista y se haya manifestado corren el riesgo de convertirse en seres sin sentido víctimas del vacío del relativismo.

Tras constatar que el mundo secularizado ignora o considera conceptos superfluos para la vida realidades como la Encarnación del Hijo de Dios, el Santo Padre denunció la hodierna “idea de la tolerancia y del pluralismo según la cual creer que la Verdad se haya efectivamente manifestado parece ser incluso un atentado a la tolerancia y a la libertad del ser humano”.

“Sin embargo si se elimina la verdad –preguntó el Pontífice–, ¿el hombre no se convierte en un ser sin sentido? ¿No nos obligamos a nosotros mismos y al mundo a adherir a un vacío relativismo?”.

"¡Qué importante es por eso –exclamó–, que reafirmemos con fuerza el misterio de salvación que trae consigo la celebración de la Navidad de Cristo! En Belén se manifestó al mundo la Luz que ilumina nuestra vida; se nos reveló la Vida que nos conduce a la plenitud de nuestra humanidad. Si no se reconoce que Dios se ha hecho hombre, ¿qué sentido tiene festejar la Navidad?"

Por ello, añadió el Pontífice “los cristianos hemos de proclamar con profunda y sentida convicción la verdad del nacimiento de Cristo, para testimoniar frente a todos la certeza de un don inaudito, que es riqueza no solamente para nosotros, sino para todos".

En este sentido Benedicto XVI resaltó que "de aquí surge el deber de la evangelización, que consiste precisamente en comunicar este ‘eu-angelion’, esta ‘buena nueva’. Es lo que recuerda el reciente documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que deseo proponer a vuestra reflexión y a vuestro estudio personal y comunitario".

Al finalizar su alocución, el Santo Padre exhortó a pedir a Dios en la oración “que la violencia sea vencida por la fuerza del amor, las contraposiciones cedan su lugar a la reconciliación, la voluntad de dominio se transforme en deseo de perdón, de justicia y de paz. Que los deseos de bondad y de amor que nos intercambiamos en estos días lleguen a todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana".

"Que el mensaje de solidaridad y de acogida que proviene de la Navidad –concluyó–, contribuya a crear una sensibilidad más profunda ante las viejas y las nuevas formas de pobreza, ante el bien común, en el que todos estamos llamados a participar".
Audiencias 2007

Con ocasión de esta última audiencia celebrada por el Santo Padre en el año en curso, la Prefectura de la Casa Pontificia hizo pública una nota ofreciendo algunas cifras sobre estos tradicionales encuentros de los miércoles.

La Prefectura informa que en las 44 Audiencias Generales que ha celebrado el Papa Benedicto XVI en 2007 han participado 624 mil 100 personas.

jueves, 20 de diciembre de 2007

JESUS VIENE HOY

Estimados (as )
Me es grato compartir con todos Uds., el mensaje para Navidad del Obispo de la Diocesis de Rancagua.

Navidad es una fiesta grande, que nos produce sentimientos de gozo y fraternidad. Así lo hemos aprendido de nuestras familias y de los cristianos que nos han precedido. Así lo sentimos y no queremos reprimir nuestros sentimientos.

Navidad nos abraza a todos. A todos nos reúne como pueblo de Dios en camino. Dios se ha hecho hombre, Dios es uno de nosotros, Dios está en medio de nosotros. Dios nos hace grande con su pequeñez. Si Dios se ha hecho hombre, ser hombre, varón o mujer, es la cosa más grande que se puede ser. Si en la encarnación del hijo de Dios radica la inigualable dignidad del ser humano, de cada uno de los seres humanos, por ello, Navidad es siempre un acontecimiento nuevo. De nuevo somos invitados a la novedad, creemos que Jesucristo vino, creemos que Jesucristo vendrá, creemos que cada día está viniendo a nuestra vida.

El Señor viene a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y, por el amor, demos testimonio de la espera dichosa de su Reino.

Jesús viene hoy en todos los que se esfuerzan en su generosidad, con su arte y su música, para rescatar el verdadero sentido de Navidad, Dios en medio nuestro.

Jesús viene hoy en tantas obras de amor y solidaridad en nuestra Sexta Región, que procuran mitigar el sufrimiento de niños, encarcelados, enfermos y minusválidos, ancianos débiles y pobres.


Jesús viene hoy en todos aquellos que saben compartir su tiempo, sus dones y bienes con los demás, con los sencillos de corazón. Viene en los que miran a Dios en toda persona, con amor y profundo respeto. Jesús viene hoy en tantos hombres y mujeres que diariamente, con honestidad y responsabilidad, trabajan por un sustento digno para ellos y sus familias.


Jesús viene hoy en los que en medio de la contingencia política respetan profundamente al que piensa diferente y saben que la construcción de la Patria amada es tarea de todos.

Si. Jesús viene hoy. Reconozcamos su rostro en el rostro de cada uno de nuestros hermanos y celebremos Navidad en su verdadera dimensión. Vivámosla en familia, con sencillez y calor de hogar. Leamos la Santa Escritura, recemos ante una imagen del Señor, ante el pesebre navideño. Compartamos lo que somos y tenemos con los más pobres y sufrientes.

Seamos sobrios en nuestros gastos y en nuestras compras. No nos encandilemos con las tarjetas de crédito y la propaganda consumista. La verdadera felicidad no está en tener, sino en ser.
Visitemos a enfermos en casas y hospitales, a los presos en las cárceles, a personas que viven en angustia y soledad. Participemos con toda la familia y con toda la comunidad en la misa de Noche Buena, que recuerda lo esencial de esta fiesta, la presencia de Jesús, el Hijo de Dios, el Redentor de todos los seres humanos.

Para todos y cada uno de los habitantes de la Sexta Región, feliz Navidad, en el gozo de la presencia de Jesucristo salvador.


Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua

domingo, 16 de diciembre de 2007

CARTA PASTORAL - CAMPO CHILENO

Estimados amigos (as ) :
Como integrante de la Pastoral del trabajador, me es grato presentar la presente noticia que, dice relación con la Carta pastoral a los hombres y mujeres del campo chileno "Discípulos misioneros de Jesucristo para un tiempo nuevo".

La Conferencia Episcopal de Chile invitó a toda la sociedad chilena a cuidar la vida de los hombres y mujeres del campo, sus familias, sus niños, sus jóvenes y ancianos. De un modo particular, los obispos exhortaron a “cuidar la calidad y dignidad de la vida del hombre del campo, sus culturas y sus valores, sus formas de relacionarse y organizarse”.

La propuesta está contenida en la Carta Pastoral a los hombres y mujeres del Campo chileno, titulada “Discípulos y misioneros de Jesucristo para un tiempo nuevo”, aprobada en la última Asamblea Plenaria de los obispos y que fue presentada este miércoles 12 de diciembre por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Alejandro Goic, junto al Presidente del Instituto Nacional de Pastoral Rural (INPRU), Mons. Enrique Troncoso.

La Carta pastoral está dirigida a todos los que habitan y trabajan en los campos de Chile, y es fruto de un extenso y fecundo proceso de diálogo con campesinos, en el que han participado varios obispos y que ha sido facilitado por el INPRU en todo el país.

Al comentar los principales contenidos de este documento, Mons. Goic explicó que las situaciones nuevas en el campo exigen respuestas nuevas que tengan en cuenta la historia del mundo rural, su cultura y sus valores:
"Tenemos aquí nuevos desafíos que asumir, nuevos problemas por solucionar, y nuevas oportunidades por aprovechar", subrayó.

Al mismo tiempo, sostuvo que "
ante los cambios que vivimos, el mundo rural tiene que ser considerado de una nueva manera, y eso exige una responsabilidad de todos: de los mismos campesinos, de las autoridades, de los profesionales y de los empresarios. El campo necesita hoy un nuevo trato. Porque una sociedad sana es aquella capaz de acoger y cuidar el mundo rural como un don de Dios", señaló Mons Goic.

Gentileza OCAC

La Carta Pastoral aborda, de un modo particular, algunas situaciones del mundo rural que requieren especial atención, como la familia, los jóvenes, los adultos mayores, el derecho al trabajo, las políticas agrarias y la educación.

Los obispos escogieron el día de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina, para dar a conocer este documento. Los primeros ejemplares los entregó Mons. Goic al matrimonio formado por Juan Bustos y María Robledo, animadores de comunidades campesinas en el sector de Lo Herrera, en la diócesis de San Bernardo. También recibieron ejemplares dirigentes de organizaciones campesinas y ejecutivos del INPRU que tuvieron activa participación el proceso de consulta que sirvió de base a la elaboración del diagnóstico analizado en esta carta.

Antecedentes sobre la Carta Pastoral

El proceso de elaboración de este texto se inició en octubre de 2004, con la iniciativa de algunos Obispos de enviar una Carta Pastoral a los campesinos y personas ligadas al mundo rural para animarles a vivir desde el Evangelio las situaciones y desafíos que presenta el mundo del campo. A través del Instituto Nacional de Pastoral Rural (INPRU) se realizó un proceso de reflexión sobre la vida rural, las nuevas situaciones y sus desafíos a la vida cristiana.

Se invitó a incorporarse a esta tarea a profesionales de distintas disciplinas, sacerdotes, religiosas, agentes pastorales laicos, dirigentes campesinos, líderes rurales y personas de larga trayectoria en formación y capacitación campesina. Los Obispos responsables del trabajo, junto a este grupo, a partir de comienzos de 2005 iniciaron la preparación de los objetivos de la carta, así como de la metodología de diálogo y consulta con diversos actores del mundo rural.

A partir de entonces, se realizaron 44 encuentros de diálogo en las diócesis de Copiapó, La Serena, San Felipe, Santiago, Melipilla, San Bernardo, Rancagua, Talca, Linares, Chillán, Los Ángeles, Villarrica, Valdivia, Ancud y Punta Arenas, en los que participaron un total de 1012 personas. Además, se recibió el apoyo y experiencia de laicos y sacerdotes de ICRA (Internacional Catholic Rural Association); así como la colaboración de personeros del Ministerio de Agricultura.

A través de un diálogo sencillo y franco se fue reflexionando acerca de las situaciones que se viven en el campo, las percepciones de los diversos actores, así como la presencia de la Iglesia y los desafíos para la evangelización del mundo rural.

La riqueza de los encuentros ha alimentado el proceso de reflexión y elaboración de esta Carta que ha sido aprobada en la 94ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, que se realizó en noviembre pasado en Punta de Tralca. Su texto recoge, por una parte, el fruto de esos diálogos, y propone, por otra parte, la reflexión de los Pastores a la luz de la Palabra de Dios y la vida de la Iglesia.

El texto se encuentra a la venta en la Librería Pastoral de la CECh a un precio unitario promocional de lanzamiento de $ 400, y a partir del lunes 17 de diciembre a $ 500.

Fuente: Prensa CECh

Santiago, 12/12/2007

Fuente : http://www.iglesia.cl/






EN ADVIENTO, ESTAR CON LOS QUE SUFREN

Estimados amigos (as) :

Hace unos días, nuestro Obispo Diocesano, monseñor Alejandro Goic Karmelic, nos invitó a darle un profundo sentido espiritual a este Adviento, preocupándonos por los más necesitados.

- Monseñor, ¿por qué la Iglesia invita a los católicos a vivir la caridad en este tiempo de Adviento?

- El tiempo de Adviento nos recuerda la preparación de la venida del Hijo de Dios en la historia humana hace más de dos mil años. El gran mensaje de Jesús en su vida terrena fue el amor al prójimo, la preocupación por todas las necesidades humanas. Él nos dijo que seremos salvados en la medida que tengamos preocupación por los demás, por los que sufren. Por eso la Iglesia durante todo el año, pero especialmente en este tiempo de preparación a la Navidad, invita a los creyentes y a las personas de buena voluntad a ponerse en el lugar de los más pobres, a descubrir que con lagunas acciones concretas otros pueden vivir la alegría del nacimiento de Jesús. Cada vez que nos acercamos a alguien con amor y le damos nuestra ofrenda, nuestro cariño, estamos de alguna manera reconociendo en él, al Hijo de Dios.

-¿De qué forma concreta podemos vivir la caridad o solidaridad en este tiempo?

- En cada una de las parroquias hay una organización particular, para impulsar las cajas de Navidad o los regalos de Navidad para los más pobres. Por lo tanto, la invitación es para todos los que puedan dar una cantidad de dinero, equivalente más o menos a ocho o diez mil pesos, con los cuales se elaboran estas cajas. Desde cada parroquia o comunidad se llevan a los hogares más necesitados para compartir un momento con esa familia, no sólo entregándoles la caja de Navidad, sino llevándoles el saludo de la comunidad cristiana y expresándoles el amor y el cariño que los creyentes tenemos hacia todos los que sufren y también con la esperanza de un compromiso para hacer un mundo mucho mejor, donde todos tengan pan, dignidad, respeto, alegría.

- Monseñor, ¿cómo debemos enfrentar los cristianos esta época que suele ser de gran consumismo también?
- Sin duda que es legítimo que la gente quiera hacer un regalo a los seres que ama. Eso es bueno, pero que no signifique endeudarse por todo el año por comprar cosas que quizá no están a nuestro alcance. El verdadero sentido de la Navidad es darse, es entregarse, es pensar en el otro, es amar al otro, es compartir con el otro. Ese es el verdadero sentido de la Navidad, Dios vino a compartir nuestra vida y nosotros, por amor a Jesucristo, queremos compartir la vida con los demás. Si junto con eso, que es lo esencial, podemos hacer un regalo, estupendo, pero no hagamos de este periodo de profunda espiritualidad una feria de comercio, pensando que sólo allí está la felicidad. No, la felicidad está en ser y no en tener y eso tiene que notarse especialmente en quienes tenemos el don de la fe.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

ENCUENTRO DE COROS














Estimados (as)

Mi amigo Guillermo Contreras, con quien comparto la FE Católica y el ser miembro de la Pastoral del Trabajador, me ha enviado una interesante información, relacionada con el Encuentro de Coros que, se realizo en dependencias de la Parroquia del Carmen, desde las 16 horas, el Domingo 18 de Noviembre pasado.

Mirada Católica agradece la noticia y felicita a todos los participantes de este Encuentro de Coros, en el convencimiento que la música constituye un valioso apoyo en nuestro caminar cristiano.

domingo, 9 de diciembre de 2007

EL SENTIDO DE NAVIDAD

Ante la Navidad, el Papa llama a la conversión y pide rechazar “mentalidad materialista”

Plaza de San Pedro durante el Ángelus de hoy

VATICANO, 09 Dic. 07 / 08:12 am (ACI).- Antes de rezar el Ángelus este mediodía, el Papa Benedicto XVI resaltó el llamado a la conversión que continúa haciendo Juan Bautista a los “hombres y mujeres de nuestro tiempo, en los cuales el modo de vivir y percibir la Navidad suele lamentablemente padecer de una mentalidad materialista”.

Ante miles de feligreses que se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro este mediodía para la
oración mariana, el Santo Padre reflexionó en la lectura del Evangelio de la Misa de este segundo Domingo de Adviento señalando que este llamado es una invitación a “abrir el corazón y a acoger al Hijo de Dios que viene en medio de nosotros para manifestar la justicia divina”.

“El Padre –escribe el evangelista Juan– no enjuicia a nadie, pero ha dado al Hijo el poder de enjuiciar, porque es Hijo del hombre. Y es hoy, en el presente, que se juega nuestro destino futuro; es con el comportamiento concreto que tengamos en esta
vida que decidimos nuestra suerte eterna”, dijo el Pontífice.
Al respecto indicó que “al final de nuestros días sobre la tierra, al momento de la muerte, seremos valorados según nuestra semejanza o no con el Niño que está por nacer en la pobre gruta de Belén, porque Él es el criterio de medida que Dios ha dado a la humanidad”.

Más adelante, el Papa explicó que “el Padre celestial, que en el nacimiento de su Hijo Unigénito ha manifestado su amor misericordioso, nos llama a seguir sus huellas haciendo, como Él, de nuestras existencia un don de amor. Y los frutos del amor son aquellos ‘dignos frutos de conversión’ a los que se refiere san Juan Bautista”.

Al finalizar su alocución antes del Ángelus, el Papa señaló que “mediante el Evangelio, Juan Bautista continúa hablando a través de los siglos, a cada generación”.

“Sus claras y duras palabras – constató– resultan cuánto más saludables para nosotros, hombres y mujeres de nuestro tiempo, en los cuales el modo de vivir y percibir la Navidad suele lamentablemente padecer de una mentalidad materialista. La ‘voz’ del gran profeta que llama a preparar el camino al Señor que viene, en los desiertos de hoy, desiertos exteriores e interiores, sedientos del agua viva que es Cristo.

“La ‘voz’ del gran profeta que llama a preparar el camino al Señor que viene, en los desiertos de hoy, desiertos exteriores e interiores, sedientos del agua viva que es Cristo”, señaló
Benedicto XVI antes de pedirle a la Virgen María que nos guíe en el camino de una “auténtica conversión del corazón” para comprender la “necesidad de sintonizar nuestra mentalidad con el Evangelio”.

domingo, 2 de diciembre de 2007

SIN DIOS .. ESTAMOS PRIVADOS DE ESPERANZA


VATICANO, 02 Dic. 07 / 09:26 am (ACI).- Al presidir hoy la oración del Ángelus en el primer Domingo de Adviento, el Papa Benedicto XVI animó a todos a despertar en sus corazones la espera de Jesucristo y aseguró que es el amor, y no la ciencia, el que puede redimir al hombre que necesita dramáticamente de Dios y que sin Él el ser humano y el mundo “quedarán privados de esperanza”.

Ante miles de feligreses que se congregaron este mediodía en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre dijo que el Adviento es el “tiempo propicio para despertar en nuestros corazones la espera de Aquel ‘es, que era y que viene’ (Ap 1, 8)” explicando que “el Hijo de Dios ya ha venido a Belén hace veinte siglos, viene en todo momento al alma de la comunidad dispuesta a recibirlo, vendrá de nuevo al fin de los tiempos, para ‘juzgar a vivos y muertos”.

Al referirse a su segunda encíclica Spe Salvi publicada el viernes pasado, el Pontífice explicó que en el Nuevo Testamento se destaca que “la palabra esperanza está unida estrechamente a la palabra fe” y que aquella “es un don que cambia la vida de quien lo recibe, como demuestra la experiencia de tantos santas y santos”. Ésta, prosiguió, “consiste en sustancia en el conocimiento de Dios, en el descubrimiento de su corazón de Padre bueno y misericordioso”.

Ciencia, esperanza, salvación
Al inicio de este nuevo año litúrgico, el Santo Padre quiso subrayar que “el desarrollo de la ciencia moderna ha confinado siempre más a la fe y la esperanza a la esfera privada e individual, así que hoy aparece de modo evidente, y a veces dramático, que el hombre y el mundo necesitan de Dios, ¡del verdadero Dios!, o quedarán privados de esperanza”, dijo.

“La ciencia contribuye mucho al bien de la humanidad, sin duda, pero no en grado de redimirla. El hombre es redimido por el amor, que hace buena y bella la vida personal y social. Por ello, la gran esperanza, aquella plena y definitiva, está garantizada por Dios, el Dios que es el amor, que en Jesús nos ha visitado y donado la vida, y a él volverá al final de los tiempos”, concluyó.

Finalmente, en español, se dirigió a los peregrinos de esa lengua invitándoles a que en el Adviento “ensanchen el corazón para vivir con gozo el inefable don de la venida del Hijo de Dios al mundo, y a permanecer vigilantes y firmes en la fe, esperando su manifestación definitiva y gloriosa”.