viernes, 20 de febrero de 2009

BEATO TOMAS REGGIO


Nació en Génova (Italia) el 9 de Enero de 1818 de una familia noble. Aunque se podría prever para él una carrera brillante, a los 20 años decidió ser sacerdote dejando todo atrás.

"Quiero hacerme santo, cueste lo que cueste", dirá Tomás en el momento en que su opción si llegó a ser definitiva.

Recibió la Ordenación Sacerdotal el 18 de Septiembre de 1841 y, con apenas veinticinco años, fue nombrado vice-rector del Seminario de Génova y sucesivamente rector del Seminario de Chiávari. En este servicio se dedicó con valor a la formación de los futuros sacerdotes para que estuviesen dispuestos a comprometer la propia vida, sin recelos, por Dios y por la iglesia.

Precisamente en cuanto dirigía el Seminario, desenvolvió una intensa actividad como jornalista y fue uno de los cofundadores del primer periódico italiano católico, preocupándose en defender la fe y los principios auténticos del cristianismo.

En 1865, durante la campaña electoral, el "Estandarte católico" – así se llamaba el periódico - condujo la lucha para promover listas de candidatos católicos y pensó en crear un partido católico.

La idea era demasiado audaz, y cuando en 1874 el "non expedit" sonaba claramente y los católicos fueron invitados a no votar, el Padre Tomás "intuyó" que su periódico no podría continuar. Acató las órdenes de los superiores y prefirió estar en sintonía con el Papa y la Iglesia; apenas expuso su pensamiento cuando fue consultado por la Santa Sede.

En 1877 fue consagrado Obispo de Ventimiglia, diócesis muy pobre: lo cubrió varias veces, fue pastor clarividente y verdadero guía espiritual de su rebaño, convocó tres sínodos en quince años, creó nuevas parroquias, renovó la liturgia y se esforzó por mantener el patrimonio artístico de las Iglesias.

En 1878 fundo la Congregación de las Religiosas de Santa Marta, que tenían por finalidad “responder a las necesidades de todos los tiempos”. Pidió a las hermanas que acogiesen a los más pobres entre los pobres “como Marta, que tuvo la ventura de servir a Jesús con el humilde trabajo de sus manos”. Estas religiosas aprendieron de ella a adorar en silencio, a alimentarse de la oración, a encontrar de rodillas las razones de una fe, que hay que descubrir a Cristo en los pequeñitos con los cuales él se identificó.

Cuando, en 1887, un terremoto devasto la Región, Beato Reggio, a pesar de su avanzada edad, se presentó inmediatamente junto a los afligidos por la catástrofe llevándoles ayuda, y después convocó a los párrocos pidiéndoles que lo informasen sobre el Estado de sus parroquias, a fin de providenciar las ayudas que recibía de muchas personas, entre las cuales lectores de varios periódicos.

Fue pródigo, reservando para si apenas su batina y su antiguo reloj, testimonio así que se hizo pobre por su gente. Cuido de modo especial de los muchos huérfanos víctimas del terremoto, inicialmente asistió en algunos centros ya existentes en la ciudad que el creó, más tarde, un orfanato en Ventimiglia entregó al cuidado de las Religiosas de Santa Marta.

En 1892 escribió al Papa: "Pido a Su Santidad que me exonere del cargo episcopal, a fin de poder ser un simple sacerdote para que la diócesis no vaya a sufrir a causa de mi edad y se confié a otro una tarea tan pesada".

La respuesta del Santo Padre fue sorprendente: en Mayo de ese mismo año, Beato. Tomás fue nombrado Arzobispo de Génova. A pesar de sus 74 años de edad y de las dificultades, aceptó humildemente el cargo para cumplir la voluntad de Dios.

Cuando en 1900 la Italia católica decidió consagrar a Dios y a la Virgen el nuevo siglo, Beato. Tomás Reggio invitó a todos los Obispos de la Región a una gran peregrinación al Monte Saccarello, donde se colocó la estatua del redentor. También él partió de Génova en un carruaje de tercera clase, con otros sacerdotes y muchos peregrinos, hasta Triora, pequeña localidad a los pies del Monte. El deseo de proseguir a pie el itinerario de la peregrinación era muy fuerte, más no le fue posible hacerlo, pues un malestar se lo impidió. Fue el inicio de la enfermedad que lo llevaría al término de su vida.

Falleció en la tarde del 22 de Noviembre de 1903, respondiendo a aquellos que se preguntaban si desearía alguna cosa: “Dios, Dios, sólo Dios me basta!”. La respuesta fue la expresión de eso que lo movió siempre.






miércoles, 18 de febrero de 2009

LA MISA

Estimados (as):
Escuche lo siguiente : " En la Misa nos hacemos presente en el Calvario "
Que el Señor Jesús nos regale su compañia.

domingo, 15 de febrero de 2009

CRISIS MUNDIAL : MENSAJE DE CELAM

Estimados (as):

Comparto con Uds., mensaje recientemente difundido por el CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO (CELAM)


“La Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), reunida en Bogotá los días 5 y 6 de febrero con los Obispos Directivos de los Departamentos y Centros, y en el espíritu de la Misión Continental, manifiesta su preocupación y solidaridad ante la grave crisis actual. Al mismo tiempo, llama la atención sobre la responsabilidad que tenemos todos: gobernantes, políticos, empresarios, obreros, asociaciones civiles y comunidades religiosas de los diversos credos, en promover la humanización de las estructuras políticas, económicas y de desarrollo, para que estén al servicio del bien común, de la prioridad del trabajo sobre el capital y de la producción sobre las finanzas. Queremos recorrer juntos este camino de amenazas y oportunidades, apostando a los valores de la democracia, la participación y el diálogo.

2.- “Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque lo añadido hará encoger el vestido y el daño se hará mayor” (Mt 9, 16), palabras del Evangelio que recordó Benedicto XVI en su bendición de Año Nuevo. La referencia hace clara alusión a las medidas que hay que tomar ante la actual crisis económica global. Para el Pontífice, esta crisis pone a prueba el futuro de la globalización. En realidad, la crisis actual no es el resultado de dificultades financieras inmediatas, sino que es una consecuencia del estado de salud ecológica del planeta y, sobre todo, de la crisis cultural y moral que vivimos, cuyos síntomas son evidentes desde hace tiempo en todo el mundo (cf. Benedicto XVI, Homilía del 1 enero de 2009).


3.- A la luz de la llamada del Papa, esta situación alarmante nos interpela doblemente: de una parte, nos compromete a expresar nuestra solidaridad en acciones y obras concretas, que facilite la búsqueda de soluciones a los problemas del desempleo, el hambre, la migración forzosa, el deterioro de la salud y la pérdida de calidad de vida de los pobres, que como siempre son las víctimas más afectadas de las crisis; por otra parte, nos estimula a empeñar los mejores esfuerzos de las universidades e institutos católicos, y de investigadores y agentes de pastoral social, para contribuir a la formulación de un nuevo modelo de desarrollo para América Latina y El Caribe, y de un sistema económico mundial mejor regulado, que elimine la pobreza y promueva la justicia y la solidaridad en nuestro Continente, tristemente el más inequitativo del planeta.

4.- Los obispos de América Latina y El Caribe, reunidos en Aparecida, advirtieron que la globalización comporta el riesgo del fortalecimiento de los grandes monopolios y de convertir el lucro en valor supremo (cf. Documento de Aparecida, n. 60). De ahí la urgente necesidad de que la globalización deba regirse por la ética, poniendo todo al servicio de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios ( Ibíd .). La actual crisis financiera ha puesto de manifiesto el afán excesivo de lucro por encima de la valoración del trabajo y del empleo, convirtiéndolo en un fin en sí mismo.


5.- Esta inversión de valores pervierte las relaciones humanas sustituyéndolas por las transacciones financieras, que debieran estar al servicio de la producción y de la satisfacción de las necesidades humanas. Se ha hecho evidente que la globalización tal y como está configurada actualmente, no ha sido capaz de interpretar y reaccionar en función de valores objetivos, que se encuentran más allá del mercado y que constituyen lo más importante de la vida humana: la verdad, la justicia, el amor, y muy especialmente, la dignidad y los derechos de todos, aún de aquellos que viven al margen del propio mercado (cf. DA , n. 61). La economía internacional ha concentrado el poder y la riqueza en pocas manos, excluyendo a los desfavorecidos e incrementando la desigualdad (cf. DA , n. 62).


6.- Esto lleva a considerar seriamente la necesidad de establecer las bases para un nuevo orden internacional, fundado en nuevas reglas de juego, que también tengan en cuenta los valores del Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia, a fin de promover una globalización marcada por la solidaridad y la racionalidad, que haga de este Continente no solo el Continente de la esperanza, sino también del amor (cf. DA, n. 64). Para lograr este propósito, se hace indispensable la presencia y colaboración de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sin discriminación religiosa, cultural, política e ideológica.


7.- Frente al anhelo de construir la paz, una vida más digna y plena para todos y abrir caminos de esperanza a los pobres y excluidos, queremos concluir, haciendo nuestras las preguntas de Benedicto XVI: “¿Cómo no pensar en tantas personas y familias afectadas por las dificultades y las incertidumbres que la actual crisis financiera y económica ha provocado a escala mundial? ¿Cómo no evocar la crisis alimentaria y el calentamiento climático, que dificultan todavía más el acceso a los alimentos y al agua a los habitantes de las regiones más pobres del planeta?” (Discurso a los Miembros del Cuerpo Diplomático, 8 de enero de 2009). Estos cuestionamientos hacen resonar hoy día con mayor vehemencia la dramática pregunta de Dios a Caín que nos afecta a todos, nos interpela y no nos puede dejar indiferentes: “¿dónde está tu hermano?” (Gen 4, 9).


Bogotá, 7 de febrero de 2009

FUENTE 1 . http://www.iglesia.cl

domingo, 8 de febrero de 2009

DON HELDER CAMARA

Estimados (as ) :

Recordando a Don Helder Camara :

«Si doy comida a un pobre, me llaman santo, pero si pregunto por qué es pobre, me llaman comunista».

“Quiero denunciar una vez más ese orden establecido por un desorden estratificado”... ”Tened el coraje de reexaminar a fondo los conceptos de propiedad”. ”La propiedad no es para nadie un derecho absoluto inalienable. Ayudadme a demostrar que cuando alguien tiene más de lo que necesita para vivir no tiene derecho a guardárselo cuando existen otros que ni siquiera tienen lo necesario”.

“Vamos a comenzar a trabajar, si Dios quiere, para lograr una verdadera presión moral liberadora. No os escandalicéis, llegaremos a una presión moral liberadora; es la única manera de evitar la violencia armada y este estado general de desesperación...No nos interesan las minireformas, no resolveremos nada. Necesitamos un verdadero y profundo cambio de estructuras. Y es cierto que para llegar a ese cambio de las estructuras deberemos comenzar por el cambio de las estructuras mentales. Esta es la conversión que nos habla el evangelio”.
“Sólo hombres de visión planetaria y de corazón universal serán instrumentos útiles para el milagro de ser violentos como los profetas, auténticos como el Cristo, revolucionarios como el evangelio, más sin dañar el amor.” Hombre, hermano mío, ¿qué has hecho? No vuelvas la cabeza. ¿Quién quitará esas estructuras que aplastan a millones de hijos de Dios y que llegan a matar más que las más sangrientas guerras?. Es media noche en el mundo...Más ¿cómo olvidar que tú, el Hijo de Dios, en tu encarnación has querido nacer precisamente a media noche?. ¿Cómo olvidar que tanto más bella es la aurora cuanto la noche es más sombría? ¡Cuando Dios ayuda a los niños, hacen temblar a los gigantes!. Porque el amor es más fuerte que el odio.


Don Helder Camara
Nacido el 7 de febrero de 1909, en Fortaleza, Estado de Ceará (Brasil).
Fallece el 27 de Agosto de 1999, en Recife, en el estado de Pernambuco, al nordeste de Brasil,