domingo, 28 de octubre de 2007

ERA POSTMODERNA REQUIERE UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Al recibir por la tarde del jueves ( 25 de Octubre ) en la basílica vaticana a los profesores y estudiantes de los Ateneos Pontificios Romanos, el Papa Benedicto XVI señaló que es urgente en esta época postmoderna, impulsar una nueva evangelización.

Ante los centenares de profesores y alumnos, reunidos en la Santa Misa por la inauguración del Año Académico celebrada por el Cardenal Zenon Grocholewski, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el Santo Padre los exhortó a “crear entre vosotros un clima donde la dedicación al estudio y la cooperación fraterna sirvan de enriquecimiento por lo que atañe no solo al aspecto cultural, científico y doctrinal, sino también al humano y espiritual”.

El Pontífice recordó a los estudiantes que Roma es una ciudad “rica de memorias artísticas, de obras maestras del arte y la cultura y está llena sobre todo de elocuentes testimonios cristianos”.

“En el transcurso del tiempo –prosiguió– han nacido universidades y facultades eclesiásticas donde desde hace siglos se han formado generaciones enteras de sacerdotes y responsables de pastoral, entre los que no han faltado grandes santos e ilustres hombres de Iglesia”.

Citando después la constitución apostólica de Juan Pablo II, "Sapientia christiana", donde se habla de la necesidad de considerar a la luz de la revelación cristiana "los nuevos problemas" y de presentar su verdad "a las personas contemporáneas en forma adecuada a las diversas culturas", el Santo Padre reafirmó que ese compromiso era "sumamente urgente en esta época postmoderna, donde se advierte la exigencia de una nueva evangelización, que necesita maestros en la fe y heraldos y testigos del Evangelio convenientemente preparados”.“El periodo de permanencia en Roma puede y debe servir –concluyó– para prepararos a desempeñar lo mejor posible la tarea que os espera en los diversos ámbitos de acción apostólica. La misión evangelizadora propia de la Iglesia exige, en nuestro tiempo, no solo que el mensaje evangélico se propague por doquier, sino que penetre en profundidad en las formas de pensar, en los criterios y los comportamientos de la gente. En una palabra, es necesario que toda la cultura del ser humano contemporáneo esté insuflada por el Evangelio”.

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